La sede del Concello sigue cercada de casas arruinadas, que solo se han eliminado en la plaza de A Rabadeira
08 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Una decena de inmuebles en estado ruinoso cercaban hace un año el edificio consistorial de Oleiros, en la calle Charry. En su mayoría eran construcciones contra las que el Concello oleirense había iniciado ya expedientes de ruina para forzar a sus dueños a repararlos o derribarlos, pero transcurridos doce meses solo el entorno de la plaza de A Rabadeira se ha librado de la imagen de cristales rotos, muros derruidos y tejados resistiendo a duras penas la fuerza de la gravedad.
La avenida Francisca Herrera, la principal en esta parte del municipio en la que residen 3.000 personas, continúa ofreciendo las mismas estampas de abandono y degradación provocadas por la dejadez de los propietarios de algunas fincas. Uno de los casos más llamativos son las dos fincas existentes en la esquina entre esta vía, que conecta Oleiros y Sada, y la calle Fonte de Ouro, en la intersección que dirige hacia O Carballo e Iñás, cuyo estado ha empeorado visiblemente en los últimos meses. Tampoco se ha resuelto la situación de una de las primeras casas de la entrada de Oleiros, ubicada a poca distancia de la rotonda de las tinajas. En algunos casos, el Concello atribuye la falta de solución en estas parcelas a la falta de voluntad de los dueños y también a problemas de reparto de herencias, más que a la falta de recursos de los propietarios para afrontar el arreglo o la demolición de estas propiedades.