El Concello de Culleredo derribó ayer la casa que el pasado lunes fue pasto de las llamas en Fonteculler, en el número uno de la calle Paz. La demolición se produjo con carácter urgente debido al riesgo de derrumbe que los técnicos municipales atestiguaron tras evaluar el inmueble. Los trabajos de demolición comenzaron alrededor de las 12 horas y se prolongaron hasta cerca de las 14 horas. En el derribo, ordenado por Raquel Jabares, alcaldesa en funciones, se utilizó una pala de grandes dimensiones y fue supervisados por el arquitecto municipal. Por la tarde, personal municipal se encargo de limpiar la parcela y realizar las labores de saneamiento, según informaron fuentes del Ayuntamiento.
«Observamos que el estado en el que se encontraba el edificio entrañaba cierto peligro para las personas y bienes cercanos, así que se acordó el derribo urgente», señaló el arquitecto. El inmueble, construido en 1923, carecía de una estructura interna y la carga era soportada por los muros de la fachada y por las vigas de madera. «Las temperaturas que el edificio alcanzó durante el incendio y el agua que utilizaron los bomberos para la extinción provocó que la arcilla utilizada como argamasa dilatase. Se abrieron grandes grietas en los muros. El edificio podía derrumbarse en cualquier momento», aseguró el arquitecto.
Todavía se desconocen las causas del incendio que devastó la emblemática casa de Fonteculler, sede durante décadas del conocido bar Mejuto. Fuentes cercanas a la investigación aseguran que la vivienda abandonada era utilizada como refugio, y que en la parte trasera del edificio se descubrió, entre la maleza, un sendero de acceso a la vivienda que delata el uso habitual de esta.