La calle Ramón Cabanillas, en A Coruña, ultima su humanización: «Antes era tercermundista»

La Voz A CORUÑA

A CORUÑA CIUDAD

MIGUEL MIRAMONTES

Algunos vecinos se quejan por la disminución de las plazas de aparcamiento

05 abr 2023 . Actualizado a las 13:13 h.

A falta de los últimos retoques y pinceladas finales, los vecinos de Os Mallos disfrutan desde ya de una nueva zona peatonal en la que pasear sin tener que estar pendientes de los coches. La mayor parte de la calle Ramón Cabanillas —falta por concluir el tramo desde la avenida dos Mallos hasta la calle Sofía Casanova— luce un aspecto renovado. A primera hora de la mañana los operarios se afanaban en recoger las vallas que delimitaron la actuación, así como la maquinaria y el material que utilizaron en la obra para que los vecinos puedan transitar por la calle sin más obstáculo que el nuevo mobiliario. «Ha quedado muy bien lo que se ve y era algo que hacía falta. Tengo un niño de casi dos años y aprovechamos mucho la peatonal de Ángel Senra y ahora, esta continuación nos viene perfecta. Cuanto más espacio para los peatones, mejor», señalaba un residente en el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz

El objetivo principal de esta actuación, que arrancó en septiembre y que cuenta con un presupuesto de algo más de 700.000 euros financiados a través de los fondos Next Generation, es la humanización y mejora de la zona, tanto desde el punto de vista funcional como estético, ganando más espacio para los viandantes. Además de un pavimento renovado de plataforma única, la calle cuenta con nuevo mobiliario. Hay jardineras con formas geométricas diferentes, bancos de madera y un pasillo central donde se crea un contraste cromático a través del uso de hormigón de color gris y negro. También se aprovechó la intervención para renovar la iluminación, con lámparas LED, y la red de saneamiento para aumentar su capacidad. «Ha quedado estupenda, antes era tercermundista», comentó otro de los vecinos. 

Hasta ahora la zona contaba con gran presencia de tráfico rodado, que limitaba el tránsito de peatones. Las únicas quejas son precisamente de algunos conductores que ven reducido el espacio de aparcamiento en el barrio. «Han quitado muchas plazas y eso siempre es un problema. Aparcar por aquí es complicado y las plazas que hay son caras. La calle para el peatón ha quedado perfecta, pero los coches cada vez tenemos menos sitio en esta ciudad», sostuvo un conductor.