Brutal agresión de un sobrino de Manuel Charlín a una mujer en A Coruña

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

Cedido

Francisco Silva Charlín reconoció en un juicio rápido haber golpeado en un párking a su expareja en la madrugada del sábado al domingo

15 oct 2019 . Actualizado a las 07:54 h.

Francisco Silva Charlín, sobrino del conocido narcotraficante Manuel Charlín, agredió brutalmente en la madrugada del pasado sábado a una mujer en A Coruña. En el pasado, había mantenido una relación con ella y viajó a la ciudad herculina con intención de retomar el noviazgo. Pero ante la negativa de la víctima, Silva Charlín arremetió contra ella. Le dio patadas y puñetazos por todo el cuerpo, enviándola al hospital durante dos días. Diciéndole, al tiempo que la molía a golpes, la suerte que había tenido de conocer a alguien de una familia tan importante como la de él. Luego, ante la presencia de una pareja que intentó mediar, huyó en su coche. Pero a los pocos minutos fue detenido cuando circulaba en estado de embriaguez por el paseo marítimo coruñés. La policía lo buscaba porque los testigos le habían facilitado el modelo y la matrícula del turismo de alta gama que conducía.

Este mismo lunes se celebró un juicio rápido. En un principio, Francisco Silva se mostró hasta sorprendido de verse acusado de semejantes hechos, diciendo que él nunca pondría la mano encima a una mujer. Negó incluso conocer a la víctima. Cuando la fiscala le mostró un vídeo que recoge parte de la paliza y que había grabado la hermana de la agredida, bajó los brazos y reconoció los hechos. Los achacó a que estaba muy borracho y que no sabía lo que hacía, que hasta se había olvidado. Aconsejado por su abogado, asumió la culpa y aceptó sendas penas de un año de prisión para evitar el ingreso. A estas penas se les aplicó una reducción de un tercio por dictarse sentencia de conformidad, imponiéndole finalmente una pena de ocho meses de prisión por el delito de «lesiones leves de género», y la misma pena por el delito de «coacciones de género».

Asimismo se le impuso una orden de alejamiento por la que no podrá acercarse a menos de 200 metros de la víctima, su actual pareja y sus hijos durante dos años. Tampoco puede comunicarse con ella «por cualquier medio».

Además, Silva tendrá que indemnizar a la víctima con 5.000 euros «más el importe de su teléfono móvil de resultar imposible su devolución».

La víctima

Días después de la salvaje agresión, la agredida quiere que «todo el mundo sepa quién ese hombre y de lo que es capaz de hacer». Pese al miedo que le invade noche y día, encerrada en casa, siente el «deber» de denunciarlo públicamente «para que ninguna otra mujer pase por lo que yo pasé».

Esta mujer relata que conoció a Francisco Silva hace cinco años. Tras una breve relación, ella decide romper «al no poder sobrellevar una relación con alguien relacionado con la conocida familia de narcotraficantes». Se vieron dos años después y él le propuso reanudar la relación. «Me decía que estaba muy enamorado, que no podía dejar de pensar en mí», recuerda la víctima. Pero ella se muestra reacia y segura de no querer nada con el sobrino de Manuel Charlín. Y se lo deja muy claro. Lo bloquea en el Whatsapp y deja de tener su perfil público en las redes sociales. Pero no hace ni 15 días, ella comete «un error». Compartió en Facebook una noticia que él vio. Por culpa de eso, volvió a contactar con ella y le propone tomar un café en A Coruña, donde reside la mujer.

Nada más verlo, el pasado sábado por la tarde, lo notó «alterado». Ante el temor a su actitud, pidió a su hermana y a una amiga que los acompañasen a una cafetería. Y ahí Francisco Silva comienza a increpar a los clientes y a decir a voz en grito que era un Charlín. Luego humilló al camarero, de origen latino. Cual fue su comportamiento, que los clientes abandonan el establecimiento. «Yo quería sacarlo de allí y me dijo que solo se iría si lo acompañaban a una conocida discoteca de la ciudad», relata la víctima muy arrepentida. «Lo hice por miedo», añade. Se desplaza junto a su hermana y el agresor a la disco y allí pide un reservado, donde vuelve a mostrarse alterado y violento, presumiendo que era uno de los Charlines. Los miembros de seguridad lo expulsan. Ya en la calle, la mujer le dice que no piensa ir con él a ningún sitio, que solo lo acompañará al coche, estacionado en un párking cercano, junto a su hermana para recoger unas pertenencias que había dejado en el mismo. Y ya de camino, la asalta por la espalda y comienza a golpearla y arrastrarla del pelo hasta introducirla en el interior de su vehículo. La hermana grita, pide auxilio y ruega al maltratador que deje de pegar. Pero nadie escucha. «Mi hermana decide entonces coger el móvil y grabar la agresión al tiempo que continúa gritando. Los llantos son escuchados entonces por una pareja que había llegado al aparcamiento y le dicen que pare, que ya está la policía en camino. Fue escuchar eso, y dejó de pegar. La agredida aprovechó para huir y él hizo lo propio con su coche. Hasta que a la media hora, una patrulla le da el alto en el paseo marítimo mientras la mujer era evacuada al hospital con heridas por todo el cuerpo.