Un pueblo y un yacimiento rodeados por la
expansión urbanística de la ciudad

La Voz

A CORUÑA CIUDAD

17 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque fue declarado monumento histórico hace más de medio siglo, todavía queda mucho trabajo por delante para poner en valor el castro de Elviña, ubicado al lado del pueblo del mismo nombre, uno de los enclaves más especiales de la ciudad, ya que aún conserva su configuración y carácter de núcleo rural. Pero ese espacio se ha visto muy alterado durante las últimas décadas, quedando casi como un reducto ante la imparable expansión urbanística de la ciudad.

Por un lado está Alfonso Molina, que cortó el antiguo núcleo en dos partes. Más tarde llegaron las obras de construcción del campus de la Universidade da Coruña, que todavía está legalizando parte de sus inmuebles ahora, y la urbanización del polígono de Someso, ambas con su correspondiente carga de expropiaciones -en el caso de Someso muy costosas para el Ayuntamiento por la comisión de importantes errores administrativos-.

Más tarde llegó la tercera ronda, que rodea el barrio por el otro lado, con su consiguiente carga de expropiaciones y cambios en la orografía, que en algún caso incluso provocaron inundaciones. También está la urbanización del Ofimático, que cambió por completo lo que quedaba del antiguo nucleo al otro lado de Alfonso Molina. Ahora se denuncia la construcción de un aparcamiento de camiones al lado del castro, la última crítica de los vecinos a un proceso que dura décadas.