Irene González, la primera guardameta

Por Xosé Alfeirán

BETANZOS

FOTO BLANCO

La coruñesa fue la primera mujer jugadora de fútbol en competiciones públicas en España

05 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Se llamaba Irene González Basanta. Murió el 9 de abril de 1928 de una tuberculosis pulmonar. Tenía 19 años. A su entierro asistieron jugadores y aficionados al fútbol. Era coruñesa y fue la primera mujer futbolista en Galicia y en España, la primera delantero centro, la primera guardameta, la primera capitana, la primera en jugar en un equipo de hombres, la primera en disputar una competición de fútbol masculina y la primera que dio su nombre a un equipo deportivo.

Pocos datos tenemos sobre su vida. Algunas pinceladas sacamos de las «notas de sport» de la prensa. Nació el 26 de marzo de 1909 y no volvemos a saber nada de ella hasta 1924. A partir de ese año aparecen reseñas sobre su participación en partidos de fútbol celebrados en los campos de A Estrada (estaba en lo que hoy es el patio interior del cuartel de Atocha), Monelos y Riazor. Inicialmente jugó de delantero centro para pasar después a actuar de guardameta. Tras jugar en diferentes equipos infantiles, como el Racing-Athletic coruñés, Irene fundaría a finales de ese año su propio team, el Irene F. C. del que sería capitana.

Su única imagen

A comienzos de 1925 le hicieron la única foto que conservamos de ella. Iba camino de cumplir los 16 años. Impacta su expresión. Así lo reflejó el diario El Orzán del 28 de enero de 1925: «En un escaparate de la calle Real, se exhibe el retrato de la incomparable portera, con jersey blanco, pantalón bombacho, negro, hasta poco más arriba de las rodillas, medias y zapatones de fútbol, y está siendo la admiración de las gentes que contemplan su arrogancia y su gallardía». Su valía, resaltada por la prensa: «Tiene un chut formidable», «no hay quien le haga un gol»…, añadida al hecho de ser la única mujer, «guapa y recia», que públicamente actuaba en los campos de fútbol, incrementaron su fama, congregándose siempre mucho público para verla.

Con su equipo jugaría en las competiciones infantiles que se hacían en A Coruña e incluso organizaría un campeonato en el que participaron dieciocho clubes y que se celebró de junio a septiembre de 1925. Después intervendría en encuentros amistosos con equipos de tercera categoría de Vilaboa, Laracha, San Pedro de Nós, Carballo, Betanzos, Ferrol -donde era muy apreciada- y Lugo. A veces ganaban y otras perdían, incluso estrepitosamente como el 7 a 1 que recibieron del Racing Reserva de Ferrol en O Inferniño el 24 de mayo de 1926, pero siempre levantaba expectación y admiraba su lucha denodada en defensa de sus colores.

La tuberculosis

En el otoño de 1927 la tuberculosis la apartó de los terrenos de juego. Postrada y sin posibilidad de obtener recursos tuvo que empeñar sus escasos enseres para pagar medicación, alimentación y alquiler. En noviembre los periódicos difundieron su grave estado y los apuros por los que estaba pasando. Y rápidamente surgió la solidaridad. En A Coruña, Ferrol y Betanzos se hicieron colectas entre los aficionados durante los match de fútbol y se celebraron partidos benéficos cuya recaudación íntegra se le entregaría. Ganaría la enfermedad.