«¿Este es el bus que para en el centro?»

B. CApelán A CORUÑA / LA VOZ

BERGONDO

CESAR QUIAN

Expectación, algo de confusión y mucha previsión para no llegar tarde durante el primer día de buses en el centro

07 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Son las nueve y veinte de la mañana y 12 líneas del transporte metropolitano entrarán por primera vez en Entrejardines en esta franja horaria. La Voz acompañó a los usuarios de la línea 169 durante el recorrido de entrada y salida de la ciudad. En esta frecuencia, que llega al centro desde Lubre (Bergondo), apenas hay asientos disponibles. «Hasta esta hora no hay problemas, porque ya entrábamos hasta Entrejardines, pero durante el resto de la mañana ya se verá. Por el momento todo marcha sin incidencias», señala Juan Sánchez, conductor de uno de los autocares que estrenaron las nuevas frecuencias.

En la parada de A Pasaxe suben otras tres personas, que se tienen que quedar de pie. Una de ellas es José Gutiérrez, que entra a trabajar a las 10.30 horas. «Normalmente cogería el siguiente bus para llegar justo. Iría caminando desde la estación a Juan Flórez. Ahora, como no sé muy bien como van a funcionar los cambios, decidí coger el anterior. Nunca se sabe», afirma.

Los conductores de las líneas modificadas tuvieron que redoblar esfuerzos durante esta primera jornada. «¿Este es el que para en el centro?» o «¿No pasáis ya por la estación?» fueron algunas de las preguntas de los usuarios mientras subían al vehículos. La respuesta la tenían en los propios cristales de los autocares, donde estaban pegados los dípticos con las nuevas paradas y horarios.

En la entrada en la ciudad no se montó en el bus ningún pasajero. Por el contrario, fue menguando el número de ocupantes del vehículo de Autos Calpita a medida que iba efectuando paradas. En la cuesta de A Palloza bajaron bastantes. «¿Es esta la más cercana a la estación?», le preguntaba una mujer al conductor, antes de abandonar el bus. El punto más conflictivo del recorrido fue en Linares Rivas. El tráfico habitual de la zona derivó en complicaciones para el conductor, que trabaja de incorporarse al carril derecho para poder efectuar su parada en frente a la plaza de Ourense. Allí, de nuevo, se bajaron otro grupo de unas diez personas, que coincidieron con otras tantas que procedían del 23A, del servicio de bus urbano, que también se encontraba junto a la entrada al Puerto.

De ahí a Entrejardines, todo transcurrió con normalidad. En la última parada del recorrido había otros dos buses esperando a que el reloj marcase la hora de salida. «Todo según lo previsto, llegamos dos minutos antes», aseguraba el conductor. «Es cuestión de acostumbrarse», afirmaba otra mujer nada más bajar del bus y mientras se dirigía a los Cantones.

De vuelta en el autocar, en dirección Lubre, donde más gente se subió fue en la estación, donde no entrarán más los vehículos de la línea 168. Sus usuarios tienen dos opciones: Entrejardines o la cuesta de A Palloza. «Es un cambio a peor, no entiendo para qué se meten al centro. Aún encima, no tenemos marquesina. Cuando llueva...», señalaba a Radio Voz una pasajera que cogió el autocar 168 en la cuesta de A Palloza.

En definitiva, fue una jornada de dudas y expectación. «Habrá que darle una oportunidad y ver cómo va», decía un viajero.

«Hasta el viernes no me enteré de los cambios de paradas»

A Patricia Núñez le ha beneficiado que el 168 pase por Entrejardines. «Vivo en San Andrés y antes tenía que coger el urbano. Tardaba una hora», afirma. Ahora tendrá que viajar la mitad de tiempo hasta Perillo, donde trabaja. «Hasta el viernes no me enteré de los cambios de paradas. Espero que funcionen», señala.

«Veo ridículo tener una estación de buses y no usarla»

Loli Gómez, que trabaja en Montrove, siente que los cambios «son una ridiculez». «Tenemos una estación de autobuses y no la usamos». Su línea, la 168, es la única que no efectúa parada en la dársena. «Me queda a desmano venir a Entrejardines. Estaba nerviosísima por si lo perdía», cuenta.

«He calculado que tardo siete minutos menos que antes»

Ante la llegada de su bus, el 169, a Entrejardines, Jaime Alonso tiró de calculadora: «Tardo siete minutos menos que antes». Coge el autobús hasta Sada por trabajo. Sin embargo, este joven perdió su autocar porque, según afirmó, no estaba bien señalizado el número en el lateral: «Aparecía otra línea indicada en la pantalla».