Quiero volver a vivir aquellos tiempos, imágenes de ayer que están en mi pensamiento. Y déjame vivir porque aún soy un galante y mientras el cuerpo aguante seré tuno hasta morir.
Te has ido escuchando y cantando las canciones de tu tuna. No podía ser de otro modo, siempre arropado por tus seres queridos, en especial por tus maravillosos hijos Elena y Javier, y por todos los que formamos la gran familia de la Tuna de Veteranos de A Coruña.
Seguro que tu querida Chelo te está recibiendo con los brazos abiertos, y le podrás susurrar al oído su canción preferida, aquella que dice «sonaron en la noche acordes de guitarra y dulces canciones, saliste a la ventana y pude ver tu cara cubierta de ilusiones, y al ver tus bellos ojos y al ver tu bello rostro las estrellas dijeron tu nombre».
Qué difícil es despedir a un amigo, a un amigo que es hermano, que es familia sin ni siquiera llevar tu sangre. A ese amigo que te apoya en todo momento con un corazón que no le cabe en el pecho y una sonrisa en la cara para todo el mundo. Qué injusta que es la vida, que siempre se lleva a los mejores.
Me quedo, nos quedamos con todo lo que nos has dado, con todos esos buenos recuerdos que tenemos archivados en nuestra mente y con tu bondad y tu manera de ser. Hay personas que nunca se van aunque ya no vuelvan.
Seremos tan fuertes como nos enseñaste, no dejaremos de estar unidos, tal y como tú querías siempre. Y tú, no dejes de sonreír y de cuidarnos desde esa estrella que hoy brilla más que nunca. Te echaremos mucho de menos y te recordaremos con cada canción que vayamos a interpretar.
Y me despido con tu grito de guerra, que a partir de ahora lo hacemos nuestro ¡AIRE!
José E. Duarte. Secretario de la Tuna de Veteranos de A Coruña