Encontrar el estilo

Hugo Álvarez Domínguez CRÍTICA MUSICAL

A CORUÑA

Imagen de archivo de la OSG y el coro.
Imagen de archivo de la OSG y el coro. DANIEL AMBROA

Mena logró que la Orquesta Sinfónica de Galicia sonase bastante barroca

19 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

M. Espada, soprano; B. Taylor, alto; L. Caihuela, mezzo. Coro de la OSG. Carlos Mena, director musical. Obras de Gesualdo, Caldara, Haendel y Vivaldi. Palacio de la Ópera, 17 de febrero.

Es un reto para cualquier conjunto no historicista afrontar un programa de música barroca; pero la OSG no ha descuidado este repertorio. Carlos Mena planteó una cita en torno a la música sacra con solistas especializadas. Orquesta y coro se esforzaron para encontrar el estilo.

El Miserere de Gesualdo es una prueba de fuego: se interpreta a capella y pide un estilo de canto concreto. El coro de la OSG, con las cuerdas femeninas con mejor presencia y empaste que las masculinas, logró un sonido aceptable, pero faltó sabor barroco.

Sin solución de continuidad se ofrecieron obras de Caldara, Haendel y Vivaldi. María Espada impuso la pureza del timbre a una presencia sonora a veces insuficiente (la acústica del Palacio de la Ópera no ayuda) y Lucía Caihuela mostró un instrumento bien educado. Por su parte, Beth Taylor descolló con una voz de color atractivo y homogeneidad en los registros, que jugó con reguladores y matices dinámicos y elevó el nivel del concierto tanto en la cantata Filiae maestae Jerusalem (irresistible su lectura del aria Sileant zephyri) como en un Stabat Mater vivaldiano dicho con una clase que la equipara a grandes colegas de su cuerda. Un lujo.

En el Gloria de Vivaldi, el coro mostró buenas intenciones y empaste y más adecuación estilística (las cuerdas femeninas se imponen a una sección masculina a veces timorata); pero algunas entradas fallaron y hubo algún descuadre en Domine fili. Hay trabajo por delante para volver a sus mejores tiempos. María Espada se lució en un precioso Domine Deus, con la inestimable complicidad del oboe. Carihuela cumplió en su breve intervención y Taylor demostró una vez más jugar en otra liga.

Mena logró que la Orquesta Sinfónica de Galicia sonase bastante barroca, aunque se agradecerían tempi más vivos y mayor variedad dinámica. Pese al esfuerzo de todos, faltó algo de chispa.