Faridi Dacasa estudia un doble grado en la capital desde hace cuatro años
22 ene 2023 . Actualizado a las 21:21 h.Si en el próximo certamen de Miss España, que se celebrará en Tenerife el 25 de marzo, la ganadora fuese la representante de Madrid, Galicia podrá reivindicar su cuota de éxito. Porque Faridi Dacasa, de padres mexicanos, tiene abuelos gallegos y residencia en Oleiros (A Coruña) desde el 2014. Hace unos meses fue la elegida Miss Grand Madrid. En el momento final, cuando se dio las manos en el escenario con la otra candidata mientras esperaban con tensión el nombre de la vencedora, la elección de Faridi pareció una señal cromática: su espectacular vestido rojo, junto a la banda blanca que la reconocía ganadora, reflejaban los icónicos colores de la comunicad madrileña.
Está en el cuarto año del doble grado que está estudiando en la IE University: Derecho Internacional y Relaciones Internacionales, tras formarse en el colegio Santa María del Mar de A Coruña. «Todavía me queda un año más aquí», explica la joven, quien ya estuvo a punto de presentarse en el 2021 a un certamen de belleza a través de la candidatura de Madrid. «Llegué a hacer la solicitud pero al final me dio miedo que me dijeran que no», relata Dacasa, de 22 años. Pero el año pasado cambió de actitud y asegura que fue ella quien buscó activamente su candidatura a Miss Grand Madrid. «Envié el formulario por la excelente reputación que tiene este evento, contactaron conmigo y me hicieron una entrevista. Al final éramos 20 candidatas para Miss Madrid y Miss Toledo, porque ambos certámenes compartían la misma franquicia, los mismos directores llevaban ambas zonas», señala Faridi.
Y una vez superado el primer escalón, comenzó a dedicar buena parte de su tiempo a las clases de formación para el certamen: «Hacíamos muchas horas de pasarela, opening (el baile de entrada), oratoria, maquillaje…». La fase final de la elección se celebró en el pueblo toledano de Ocaña durante dos fines de semana. Faridi fue pasando eliminatorias hasta quedarse con una compañera y, (ya se ha contado) oír su nombre. «Estaba muy emocionada, pero cuando me apunté al certamen lo hice con la intención clara que de ganar. Entonces me sentí muy satisfecha de haber conseguido mi objetivo porque trabajé para ello», recuerda. Acompañada en ese momento mágico por su madre, sus hermanos, su novio y sus amigas, el primer número de teléfono que marcó fue el de su padre, que se encontraba atendiendo sus negocios en México.
—Y dirán que no es de Madrid.
—Ya, pero todos somos de Madrid. Madrid recibe a todo el mundo. Yo, incluso al ser mexicana con media vida en Galicia, me siento vinculada a una ciudad tan cosmopolita. Si estuviera representando a otra autonomía, pues sería más complicado explicarlo.
Al haber entrado en las entrañas de un certamen de belleza, Faridi Dacasa ha descubierto que se requieren muchos sacrificios para brillar en este tipo de eventos. «Yo pensaba que se juzgaba muchísimo el físico, pero en absoluto. Entran en juego otros factores más importantes. Mi horario de los dos últimos meses de verano se basaba en el certamen: clase de oratoria, clase de expresión oral… Hubo sacrificios: no estuve en el cabo de año de mi abuelo, no estuve en el cumpleaños de mi hermano. Quería dedicarme enteramente al concurso, machacar en casa las clases de pasarela, han sido muchas horas», explica la joven, quien considera que, paradójicamente, este sobreesfuerzo en su día a día le ha permitido poner más orden en su agenda: «Ahora me organizo mejor para hacer compatible mi preparación con las clases de la universidad».
Representará a Madrid, pero no oculta que en su intervención aflorarán sus raíces gallegas. «Me encantan las playas de Oleiros, donde viví con mi familia. En Navidades, al visitarlos, me di cuenta de la capacidad que tiene el mar para reiniciarte mentalmente».
También el mar estará presente en el certamen, que será en Puerto de la Cruz.
—¿Está confiada en ganar en Tenerife?
—Claro que sí. Me he preparado y me sigo preparando de forma cada vez más intensa. Pero hay factores externos, como las personas que toman la decisión, que ya no dependen de mí. Pero mantengo mi compromiso de hacerlo lo mejor posible.