Vudú en el reservado

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

M. Dylan | EUROPAPRESS

En un reservado de un restaurante mesetario con muchos michelines a cuestas hay unos brujos de guardia practicando vudú con una figurita de la torre de Hércules

27 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En un reservado de un restaurante mesetario con muchos michelines a cuestas hay unos brujos de guardia practicando vudú con una figurita de la torre de Hércules. Le clavan alfileres en la linterna, pinchan la calavera de Gerión con la punta de un cuchillo y, mientras se riegan por dentro con ron del bueno, gastan el alcohol de baratillo en prender fuego al monigote para intentar chamuscar sus dos mil años de leyendas.

Alertados por un camarero de Mesía que atiende el reservado, los servicios secretos municipales envían de urgencia a un detective al local para averiguar qué potencias extranjeras conspiran contra el faro romano. A falta de nuestro añorado Napoleón de Cuatro Caminos, se traen de México a Héctor Belascoarán Shayne.

El sabueso se camufla como experto en puros para colarse en el conciliábulo y, mientras olfatea y guillotina habanos, descubre atónito la identidad de los hechiceros.

«Los sujetos, algo alterados ya por la bebida, profieren todo tipo de maldiciones y conjuros contra la ciudad mientras practican vudú con la efigie de la Torre. De sus balbuceos se deduce que se trata de un concejal andaluz dolido por la designación de A Coruña como sede de la Agencia de Inteligencia Artificial; de un célebre futbolista francés devastado por la victoria del deportivista Scaloni en la final del Mundial; de un consejero delegado de una firma de la competencia desolado por los beneficios multimillonarios de Inditex; y, el más airado de todos, un lotero de Doña Manolita furioso por que el gordo haya caído en la calle Barcelona y el Gaucho Díaz. H. B. S.».

Tras leerlo con sosiego, Inés Rey quema el informe de Belascoarán Shayne en el último cenicero que sobrevive en la planta noble de María Pita. El que está bajo el retrato del alcalde Picadillo para recoger las ascuas de su cigarro eterno.