Una ciudad que merece ascender

Javier Becerra
Javier Becerra CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

Marcos Míguez

Aquel tropiezo del que aún no nos hemos levantado ha creado una adhesión de la afición sin igual

10 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay nada como menospreciar los sentimientos juveniles para certificar que, en efecto, el que lo hace es ya mayor. Y en un mundo como el del fútbol, donde todos sienten las cosas de un modo más intenso que nadie, ocurre muy a menudo. Cuando el Super Dépor desató la fiebre blanquiazul en los noventa, siempre había veteranos que reprochaban a los advenedizos deportivistas no haber picado piedra en el Riazor de los Traba, Jorge, Josu, Silvi, Agulló, Donowa y demás nombres de aquel equipo de trancas y barrancas. Cuando, pocos años después, el Dépor ya le plantaba cara a los grandes en la Champions, le afeaban el centenario al Madrid en el Bernabéu y ganaba una Liga, también surgían esas llamadas a la autenticidad. Apelaban al fallido ascenso contra el Tenerife o el agónico partido contra el Racing de Santander con gol de Vicente Celeiro in extremis. ¿Dónde estabais antes? ¿Jaleando al Madrid o al Barça? Esa era la incómoda pregunta.

La caída a las arenas movedizas de segunda hizo que algunos de los deportivistas con pedigrí vaticinasen una espantada de ese deportivismo oportunista. Pero no, aunque parezca increíble, aquel tropiezo del que aún no nos hemos levantado ha creado una adhesión de la afición sin igual. En A Coruña se es del Dépor. Esté en primera, en segunda o en segunda b. Los niños juegan en los parques con camisetas del Dépor. Y los adolescentes suspiran por poder disfrutar alguna vez de las jornadas gloriosas que el equipo ofreció otrora con Fran, Bebeto y Mauro Silva. A Coruña ya ha pasado el examen. De sobra. Ha estado a las duras. Ahora, por favor, que lleguen las maduras. Nadie podrá poner en duda ya el sentir de una ciudad que se merece un ascenso.