Diga Coruña y diga: «¡Viva Italia!»

Sandra Faginas Souto
Sandra Faginas CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

PACO RODRÍGUEZ

Cuando las pizzas llegaron a la ciudad,  revolucionaron en una modernidad que nos llenó de alegría

13 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Hoy, que toda la comida te la traen a casa y te surten un menú variado de sushi, ramen y delicatesen, resulta difícil imaginarse una Coruña en la que no hubiera pizzas. Pero igual que la yogurtera formaba parte del menaje del hogar en EGB y ahora ya no queda ni rastro, tampoco hay huellas casi de aquellos años en que la pizza solo se comía en las películas de Spielberg. Pero llegaron aquí y nos revolucionaron en una modernidad que nos llenó de alegría. Aquellas pizzas de los ochenta se cocinaron primero en las manos de los emigrantes, como el Nuevo Santa Cruz, en Os Mallos, y luego Cambalache, como un templo que todavía resiste con mucha masa. Estaba Fratelli en Rubine; Il Giardino, que aún sigue en la plaza del Libro, y Donato, en la calle Alta, justo en la salida del paseo marítimo, donde yo guardo los mejores recuerdos. Ese fue otro tiempo en que los coruñeses innovábamos lo que podíamos, aunque entonces no se pasaba de los espaguetis a la carbonara y el penne que nos llenaba el plato de erotismo.

Pero si comparamos aquella Coruña con la de ahora hay que empezar a cantar La Traviata, porque el bum de italianos que regentan italianos es brutal. Uno de los últimos en apostar por la gastronomía de este país aquí ha sido el chef romano Michel Peroni, que acaba de abrir Ostería Peroni donde antes estaba La Bodeguilla. Pero está también Luca Noviello detrás del Terra Mia, o Marco Amore, que nos ha traído lo mejor de Sicilia a La Románica, la primera pinsería de la Galera. Está Verónica Balan, que ha apostado por riquísimas especialidades en Quaranta Trecento Parma, y los hermanos Miscali en Ayó Pasta. Hay más por nombrar, también en Troppo, en la Ciudad Vieja, se respira el olor de la pasta original, porque en esta tendencia que nos apasiona, Coruña se ha rendido definitivamente a Italia.