Susana Pérez: «En comunicación visual los adornos son ruido, por eso vamos de negro»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

F. M.

Su labor ayuda a derribar las barreras a las que se enfrentan las personas sordas

08 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Es una de las caras que vemos al lado de las de los políticos en las retransmisiones por streaming de los plenos municipales o en el Parlamento de Galicia, permitiendo que las personas sordas puedan seguir lo que allí se debate. Susana Pérez coordina el servicio de intérpretes de la Federación de Asociacións de Persoas Xordas de Galicia (FAXPG), un recurso que lleva años en funcionamiento con, afortunadamente, cada vez más demanda.

—¿Cómo funciona el servicio de interpretación de la FAXPG?

—La figura del intérprete permite derribar las barreras de comunicación en un mundo que está orientado a personas oyentes. Las personas sordas necesitan tener acceso en igualdad de condiciones a cualquier tipo de gestión, desde ir al médico o al banco. Así que la Federación ofrece desde hace ya 30 años este servicio de interpretación gratuito para el usuario. Y cada día vemos cómo la cosa va a más. Los medios de comunicación van incorporando en sus informativos una pantallita con un intérprete, las Administraciones solicitan nuestra presencia en los plenos y cada vez son más entidades privadas las que contratan nuestros servicios para diferentes eventos. Queda mucho camino por recorrer para que sea algo habitual y normalizado, pero se han conseguido muchos logros.

—¿Cómo se preparan para enfrentarse a un pleno municipal?

—Cuando recibimos una convocatoria así nos suelen adjuntar el orden del día con los temas que se van a tratar, cosa que agradecemos mucho. Así podemos ir buscando los conceptos que puedan resultarnos extraños o novedosos, buscar información al respecto... Y también intercambiamos con las compañeras signos para ponernos de acuerdo y hacerlos todas de la misma manera. Pero tenemos que estar muy al día y conocer cuáles son los temas de actualidad, ya que en orden del día no se detalla todo lo que se va a hablar. Tenemos que ir preparadas, con las noticias bien leídas para poder ofrecer una interpretación lo más exacta posible.

—Tienen que enfrentarse a términos que no suelen estar presentes en el lenguaje ordinario.

—Pero las intérpretes que cubrimos estos servicios solemos ser siempre las mismas. Aunque hay rotación, las que tienen menos práctica no suelen ocuparse de un contenido tan denso como un pleno. Y esos términos se repiten en todos los plenos: mociones, aportaciones, enmiendas... Así que ya los tenemos controlados.

—Físicamente también es algo muy exigente.

—Lo fundamental es evitar la tensión. Si vas nerviosa se te contraen los músculos y eso supone una fatiga extra. Por eso es fundamental tener cierto bagaje para evitar ese estrés. Es algo cansado, pero por eso nos organizamos en turnos. Vamos tres intérpretes al pleno, lo que permite que entre los turnos pase una hora en la que podemos descansar, beber agua e incluso tomar frutos secos para tener algo más de energía. Aunque seguimos pendientes por si la compañera que está interpretando tiene una duda con un signo.

—En cuanto a la vestimenta, hay una etiqueta especial para realizar estas retransmisiones.

—Es que el objetivo del intérprete es facilitar el acceso de las personas sordas al contenido y si aparecemos en una interpretación con unos volantes o unos anillos que deslumbran con los focos, estamos afectando a la calidad de la comunicación. Las personas sordas tienen que ver nuestra expresión facial y lo que transmitimos sin tener distracciones extra. Es como si incluyeras en una interpretación oral un timbre o un ruido de fondo. Cuando la comunicación es visual esos elementos, esos adornos, son como ruido. Por eso vamos lo más neutro posible, de negro, para que nuestra apariencia física no distraiga.

—Las mascarillas son algo más que una distracción en su caso.

—Si ya en una conversación cara a cara la mascarilla dificulta la comunicación, en una interpretación que se hace por televisión o por streaming no te quiero ni contar. En los plenos del Ayuntamiento nuestra ubicación inicial estaba dentro del salón de plenos, pero terminaron facilitándonos un espacio muy amplio en otro salón en el que podemos interpretar sin mascarilla.

«Me enamoré desde el primer momento de la lengua de signos y la interpretación»

Susana Pérez se confiesa «enamorada» de su profesión, un amor que deriva de una vocación que nació siendo todavía una niña, gracias a una película en la que salía una persona sorda: «Por algún motivo me llamó mucho la atención y terminó marcando mi vida», asegura.

—¿Cómo se inició en la lengua de signos?

—Siempre me gustó y empecé haciendo un curso en una asociación que me enganchó totalmente, así que hice el segundo y el tercer año y terminé metiéndome en la formación reglada. Me enamoré desde el primer momento de la lengua de signos y la interpretación, además de poder colaborar con toda la comunidad de personas sordas.

—Así que hay una formación reglada.

—Hasta hace un tiempo había un ciclo superior que se impartía en el instituto Ánxel Casal y que te formaba para la interpretación de lengua de signos e interpretación de personas sordociegas. Y ahora han creado un grado que se imparte en Madrid y poco más. En Galicia no hay opción.

—Cada día están más presentes los intérpretes en medios de comunicación y en actos sociales. Habrá cada vez más demanda de sus servicios.

—Claro. Todavía a día de hoy nos llama mucha gente preguntando por aquel ciclo y pidiendo información de dónde pueden formarse. Ojalá esa accesibilidad universal esté cercana, porque las personas sordas tienen derecho a acceder a cualquier tipo de contenido, igual que el resto de la gente. Y la figura del intérprete es una forma de facilitarle ese acceso, esa comunicación plena. Y de esta manera pueden tener una participación mucho más activa en todos los ámbitos de la sociedad.