¿De verdad queremos volver a normalizar cosas anormales como el botellón?
16 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Dice la activista y escritora estadounidense Sonya Renee Taylor que no vamos a volver a lo normal. «No deberíamos», afirma.
Tendríamos que empezar a definir qué es normal y qué no, para empezar. O recordar algo tan simple como que no todo lo normal es bueno. Por mucho que el jaleo en la calle o las risas de los más jóvenes nos recuerden que antes la vida era otra cosa... ¿De verdad queremos volver a normalizar cosas anormales como el botellón?
El pasado viernes se produjo una de esas extrañas conjunciones astrales que me permiten dar un paseo de noche. Pasaban de las once, había refrescado, y bajando por Sinfónica de Galicia nos sorprendió la fiesta que estaba montada en la plaza de San Pablo. Un botellón con todas las letras, con sus bolsas, sus risas, sus vasos y sus grupitos, en los bancos, las escaleras junto al Tortoni, delante de la frutería. Vamos, una nueva normalidad de lo más anticuada. Por Juan Flórez los grupitos avanzaban hacia la playa. Se mezclaba el traje largo, la corbata aflojada, las mascarillas, las bolsas cargaditas. Y en la playa, a uno y otro lado de la coraza, en esa misma arena en la que en la noche de San Juan no habrá fuego ni sardinas ni fiesta, allí estaba de vuelta el botellón. En formato reducido, nada que ver con los sanjuanes a los que estábamos acostumbrados, ¿pero cómo llamamos a los grupos que beben juntos en la calle? ¿Vamos a cambiar el nombre ahora que la normalidad es nueva o nos quedamos con el viejo botellón, palabra que entendemos todos tan bien y que debemos tolerar mejor de lo que manifestamos de cara a la galería?
Dice Taylor que «nos han dado la oportunidad de coser un nuevo traje». Sospecho que nos hemos olvidado la aguja y el hilo.