Dicen que tiene carácter, que se le ha visto con el tema de Tebas, que no se achanta y que se ha marcado un punto dando la cara por la ciudad y por el Dépor
17 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.Ahora que no nos escucha nadie y que tenemos tiempo para charlar, es un buen momento para hablar de Inés. Porque es lo que últimamente me pasa cada vez que estoy en una sobremesa o cuando me tomo un agua con los amigos en una terraza (la cerveza ha desaparecido de mi vida) o me paro con algún conocido que hace tiempo que no viene a la ciudad. La gente habla de ella. De Inés. Dicen que tiene carácter, que se le ha visto con el tema de Tebas, que no se achanta y que se ha marcado un punto dando la cara por la ciudad y por el Dépor. Dicen también que es conciliadora, que ha sido capaz de abrir diálogo en el ayuntamiento, que no hay tantas tensiones como se preveían o estábamos acostumbrados y que por una vez parece que se han centrado en lo que es importante. La gente habla de Inés porque ha empezado a hacer cosas que se ven, que se notan y que se palpan en una Coruña que ha estado mucho tiempo paralizada sin ningún tipo de iniciativa. El puente de la ronda de Nelle ha desaparecido, cuando semejaba que ese mamotreto iba a estar toda la vida esculpiendo el horror. De pronto hay árboles, se han peatonalizado algunas calles -aunque sea a modo de prueba como la de Emilia Pardo Bazán- y por fin se han puesto a limpiar algunos barrios que acumulaban suciedad sin que nadie moviera ficha.
Por todo esto la gente empieza a hablar de Inés. Porque han visto que de un tiempo a esta parte Coruña se mueve y ha salido de un letargo que no se merecía. Así que a Inés, sin necesidad de apellidos ni de adjetivos que la caricaturicen, se la empieza a ver como un referente que, a poco que siga en esa línea de trabajo y mando, se la abrazará con alegría en los próximos años. No lo digo yo. Lo dicen ustedes, que últimamente no dejan de hablar de Inés.