El problema es que no se trataba de un hecho aislado. Desde el 2003, el tranvía había descarrilado otras cuatro veces, causando al menos dos heridos. El tramo de Hacienda era especialmente peligroso, de hecho se produjo un descarrilamiento en el primer paso de prueba. Los riesgos se conocían desde dos años antes, lo que ocasionó una importante polémica con los socialistas.
Pero había más problemas, y venían de antes. Desde hundimientos de la plataforma, a la altura del Rectorado, hasta problemas con la catenaria que se cayó en parte en 1999, y un año antes había electrificado un coche que chocó contra un poste. Según los técnicos, durante un tiempo indeterminado los postes desde As Lagoas hasta el hotel Trip María Pita habían estado bajo tensión eléctrica, ya que la instalación carecía de doble aislamiento.