A Coruña, una ciudad orgullosa

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

MARÍA CARUNCHO

02 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Algunos han tenido que esperar a que Isabel Coixet hiciese la película para enterarse de aquí a mismo, en A Coruña, hace más de cien años que ya había bodas entre lesbianas. Es algo así como aguardar a que salga la peli de Brad Pitt sobre la guerra de Troya para no tener que leer la Ilíada. Por eso yo prefiero recordar a Elisa y Marcela posando para la fotografía de José Sellier -pionero del cine en España- en la portada de La Voz del 30 de junio de 1901. «Un matrimonio sin hombre», titulaba el periódico justo el Día Internacional del Orgullo LGTB. Solo que aún no había Día del Orgullo, ni nada que se le pareciese. Faltaban más de sesenta años para que, en el bar Stonewall Inn, del Greenwich Village neoyorquino, se desatasen las movilizaciones que desde 1969 se conmemoran en torno al 28 de junio para reivindicar los derechos universales de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales.

Mucho antes de Stonewall, Marcela Ibeas y Elisa Sánchez Loriga decidieron pasar ampliamente de sus familias, de los prejuicios y de las mismísimas leyes para casarse nada menos que en la iglesia de san Jorge. Elisa se disfrazó de Mario. Y gracias a su pelo corto y a su traje masculino pudieron burlar la mirada inquisidora del párroco. Tras la ceremonia, lo celebraron con los padrinos. Se ventilaron un chocolate con churros (no eran tiempos de bodorrios de cinco platos y tres postres). Luego se largaron a Portugal de luna de miel. Allí su peripecia tropezó con los agentes del orden, poco amigos de las innovaciones en materia de sexo. Las arrestaron, acusadas, entre otros delitos, de suplantación de personalidad. Pero consiguieron huir y buscar refugio en Argentina, donde se pierde su pista.

A Coruña siempre ha sido una ciudad tolerante, plural, laica, republicana y progresista (a las urnas me remito). Por eso mismo, Francisco Franco se obsesionó desde el 18 de julio de 1936 con la destrucción de todo lo que representaba la capital de Santiago Casares Quiroga, la Antorcha Galaica del Libre Pensamiento, Germinal, la Academia Galega, As Irmandades da Fala, Porlier, los hermanos de la Lejía, Foucellas, Emilia Pardo Bazán, Juana de Vega, los liberales, los anarquistas y los movimientos obreros y socialistas.

Pero ni en cuarenta años de dictadura los mismos que ahora quieren resucitar a Franco con sus fundaciones y sus partidos anticonstitucionales lograron doblar el brazo de A Coruña.

Igual resulta exagerado decir que esta ciudad es más libertaria que otra cosa (aunque la historia ofrece pruebas de ello). Pero lo que nadie podrá negar jamás -con la bibliografía en la mano- es que A Coruña siempre ha sido una ciudad libre y orgullosa. Como Elisa y Marcela.