El Cristo de la Punta dos Ferreiros

Rodri GArcía A CORUÑA

A CORUÑA

MARCOS MÍGUEZ

El cartel de la Semana Santa lo protagoniza una figura a la que acudían los coruñeses «para bien morir»

14 abr 2019 . Actualizado a las 11:58 h.

«Le llamaban el Cristo de los 40 credos que eran los que le rezaban para bien morir». Esto decía Salvador Peña, presidente de la Junta de Cofradías de la Semana Santa coruñesa, durante la presentación del cartel de este año. En una imagen de José Antonio López Viñas aparece el Cristo del Consuelo, una escultura del siglo XVIII «y con partes originales del XVI», recoge Carlos García Cortés en su libro sobre la historia de los templos de la ciudad.

«El emperador Carlos I oró ante este Cristo, dicen algunos historiadores de la ciudad», afirma Salvador Pena antes de explicar: «Debía estar en una capilla, en la que llamaban Punta dos Ferreiros, que es donde está ahora la Venerable Orden Tercera y donde estaban entonces los conventos de las órdenes mendicantes, los dominicos y los franciscanos. En esa zona había varias capillas, una de ellas la del Espíritu Santo, donde también rezó Carlos I». Y es que «este Cristo o bien debía estar en una capilla o en la iglesia conventual de San Francisco, al lado mismo de la Tercera Orden», indica.

El autor del cartel, López Viñas, es un fotógrafo aficionado y «captó ese claroscuro, esa imagen sombría que a lo mejor refleja los tiempos que estamos pasando acerca de nuestra Semana Santa y de otros actos de tipo piadoso en nuestra ciudad y que es algo que quisimos que quedara reflejado», argumenta Salvador Peña, responsable de la mayor parte de las procesiones programadas para estos días y que saldrán de la Orden Tercera.

Uno de los recorridos será precisamente el del Cristo del Consuelo, que, detalla, «procesiona solemnemente el miércoles santo y está encomendada su custodia a la Jefatura Superior de Policía». Recuerda que la primera vez salió escoltado por los cadetes de la escuela de Ávila, pero «hubo una época en la que entraba poca gente en esa academia y entonces se le concedió a la Jefatura». El del miércoles será el «recorrido solemne, pero también sale el lunes santo, que es cuando tenemos una preparación y meditación para la Semana Santa por las callejuelas y plazas de la Ciudad Vieja en la que hacemos las estaciones del vía crucis meditadas y cantadas». Para este recorrido «el primer año salió con una capilla musical, que es muy propia de las procesiones castellanas, pero pensamos que debía ser más austera y por eso ahora sale solo con una campana». Insiste Salvador Peña en que «la gente que va a visitar al Cristo del Consuelo le reza pidiéndole el buen tránsito en el momento de la muerte». 

Autonomía y promoción

«Somos una Semana Santa con autonomía plena, no dependemos para nada de las instituciones en el sentido económico, tenemos que estar muy orgullosos de que tengamos esta libertad que nos da el hecho de no depender de nadie», aseguró Peña en dicha presentación, tras agradecer a la Fundación Barrié la acogida e indicar que la cartelería la financia Abanca.

Avanzó asimismo que la Semana Santa coruñesa también cuenta este año con un vídeo promocional, distribuido a través de las redes sociales, y reiteró la defensa e importancia de la celebración: «Por la ciudad, por las tradiciones que tuvo y que tiene esta es una Semana Santa importante. La Virgen de la Soledad ya procesionaba en 1676...».

Imágenes móviles para las escenas

Entre los autores de las más de veinte figuras de la Semana Santa coruñesa están desde el escultor gallego del siglo XVIII Antón Ferreiro, hasta el imaginero sevillano Martínez Salazar, pasando por tallas del siglo XVII de la escuela de Pedro de Mena. Algunas esculturas esconden detalles como que eran articuladas cuando la Semana Santa incluía actos escenificados. Uno de ellos era el desenclavo, bajar a Cristo de la cruz, y un ejemplo es El Tránsito, de la iglesia de San Nicolás. «Este grupo procesional representa a Jesucristo cargando la Cruz con la ayuda de Simón de Cirene (...) La talla más destacada es el Nazareno, en madera policromada y vestida. La imagen fue móvil en los tiempos en los que se escenificaban los pasos. Curiosamente, la figura tiene clavos en las manos, quizás preparada para cambiar de postura y aparecer en escenas posteriores de la Pasión», detalla un texto explicativo.