«Comemos gracias a vosotros»

Rodri García A CORUÑA

A CORUÑA

BANCO DE ALIMENTOS RIAS ALTAS
BANCO DE ALIMENTOS RIAS ALTAS MARCOS MÍGUEZ

Voluntarios del Banco de Alimentos acaban de distribuir 220 toneladas, pero cada vez hay más usuarios

07 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«La ayuda oficial que tenemos llega hasta fin de año, y mientras tanto, comemos gracias a vosotros». Esto le decía a la presidenta del Banco de Alimentos Rías Altas, Conchi Rey Pedreira, la responsable de una entidad que acoge a mujeres «que llegan con lo puesto y que si no tuvieran ese sitio estarían en la calle». Con los productos que distribuye el banco también comen niños, que así pueden desayunar y merendar. «Hubo un tiempo, durante los años 2015 y 2016, en el que dejamos de tener niños y ahora, de pronto, volvemos a tener muchos», explica. Este es el motivo por el cual entre los productos que más necesitan está siempre la leche, «que caduca rápido. Es lo que más se mueve», detalla la presidenta y añade: «Nos ayuda mucho leche Celta, que a lo mejor te envía diez palés». También necesitan cereales, cacao, azúcar, «que tenemos poquísimo», harina y café.

Aunque el banco no hace entregas personales, sino a entidades, saben mucho de esa economía de subsistencia en los hogares: «Si tienes leche, cacao y unas galletas, también arreglas la cena, al menos algún día».

Hace un par de semanas concluyó la distribución de las 220 toneladas de alimentos procedentes del Fondo Europeo de Ayuda a las personas más Desfavorecidas. De ellas, 121 se repartieron desde A Coruña y el resto, desde Santiago. Con ello también podrán comer esos empleados a quienes el sueldo «les da para pagar el piso, para que no los echen, y poco más: no les llega para comer», indica Conchi Rey. Los alimentos llegan a personas mayores que forman parte de algunas de las 180 entidades sociales de la provincia de A Coruña a las que surte el Banco de Alimentos Rías Altas. Es la forma de ayudar a más de 21.000 beneficiarios. «Ten en cuenta que ahí están la Cocina Económica, Padre Rubinos, casi todas las Cáritas...», detalla.

De los últimos años, el pasado fue cuando contaron con una mayor demanda, «y en lo que va de este no vamos mejor». A ello contribuye la gente que está llegando desde Venezuela «que viene sin nada. Nos comentaron en la Policía Nacional que hubo un día en el que se presentaron 200 solicitudes de asilo».

Todo esto lo explicaba la presidenta esta semana en la nave que les cede Emalcsa en A Grela. A su alrededor, los voluntarios iban y venían preparando los pedidos que durante la mañana recogía el personal de entidades y ayuntamientos. Es el trabajo escondido, el día a día, en los dos almacenes de A Coruña, el de Santiago y el de Ferrol. «Somos todos voluntarios en los cuatro almacenes, venimos todos los días de lunes a viernes», indica Conchi Rey. Los voluntarios fijos son unos 60 en las tres ciudades; luego están los que llaman para cosas puntuales, como «los que vienen ahora a clasificar la fruta que nos ha llegado, porque son personas, entre 15 y 20, que no pueden venir todos los días».

Sin embargo, «el trabajo no es solo mover los alimentos, sino todo lo que hay que mantener aquí: esta nave nos la deja el Ayuntamiento de A Coruña, que además nos da 20.000 euros al año, y Emalcsa; nosotros tenemos cinco furgonetas y nos acaban de ceder otra, que hay que mantener [seguros, ruedas, ITV...]. El almacén de Meicende lo pagamos nosotros. El de Ferrol, el Ayuntamiento, y el de Santiago también lo tenemos que pagar, porque allí el Concello no nos ayuda». Y con todo ello, más de 21.000 personas de la provincia pueden decir: «Comemos gracias a vosotros».