«Muchos hijos, un mono y un castillo», un documental a modo de comedia

Sabela Pillado

A CORUÑA

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La película de Gustavo Salmerón tiene como protagonista indiscutible a su madre Julita, extraña e hilarante mezcla de persona y personaje

18 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

De los tres deseos de juventud enunciados por nuestra protagonista (muchos hijos, un mono, un castillo), todos ellos conseguidos en el transcurrir de su vida, solo uno permanece hoy en día. Por el camino quedaron el mono (que no resultó todo lo amigable que se esperaba) y el castillo (cosas de la crisis), pero ahí permanecen, en unidad inquebrantable en torno a esta matriarca, sus seis hijos. Y, a mayores, ha ganado una película.

Gustavo Salmerón, actor que ya había experimentado en el campo de la dirección con su cortometraje Desaliñada, da el salto al mundo del largo con un documental resultado de catorce años de grabación de imágenes familiares (más el «fondo de armario» de imágenes de los años 70), para el cual precisó -se intuye claramente la cantidad de material acumulado- de dos años de montaje.

Como protagonista indiscutible, su madre Julita, extraña e hilarante mezcla de persona y personaje que se apropia de todo el filme y le suministra verdad, entereza y un punto de Diógenes, siempre con una mirada entre risueña, trágica y dotada de optimismo y de un peculiar sentido del humor. Un humor que se contagia al patio de butacas, donde tiempo ha no escuchaba tales risas sincronizadas entre espectadores. Porque Muchos hijos, un mono y un castillo es un documental a modo de comedia disparatada, aunque sin por ello evitar el poso trágico (el evidente, como la crisis económica que les deja sin el castillo; o el intuido, como la progresiva cercanía de la muerte), y sin obviar tampoco los claroscuros, como las conversaciones sobre política que nos hacen ver cómo heridas de guerra y dictadura distan de haber cicatrizado.

Este filme entronca en cierto modo con aquel El desencanto de Jaime Chávarri, o con otra oda a la madre, la de Paco León y su -ficcionada- Carmina o revienta. Y cuando nuestra inmersión en esta familia excesiva, alocada y kitsch finaliza, nos queda Julita, ese personaje luminoso al que es imposible no querer.

«Muchos hijos, un mono y un castillo»

España, 2017.

Director: Gustavo Salmerón.

Documental.

90 minutos.