Ya podéis mear en el árbol, está protegido

Javier Becerra
Javier Becerra CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

02 nov 2017 . Actualizado a las 08:14 h.

Lo que ocurre en los jardines de Méndez Núñez con el botellón es una enorme irresponsabilidad de nuestros políticos. De todos, sin excepción. Aquí no se salva nadie. Lo fue del PSOE y del BNG, cuando tras vetarlo en zonas concretas como la plaza de Azcárraga o del Humor vieron cómo se desplazaba ahí, dejándolo estar. Lo fue del posterior gobierno del PP, enormemente beligerante en la oposición pero olvidadizo en el poder, perpetuando el problema. Y lo está siendo la Marea Atlántica por no hacer absolutamente nada al respecto. Bueno sí, ponerle una protección a uno de los árboles sometido a los pises, la basura y ahora hasta los ¡navajazos! del personal.

Basura generada por el macrobotellón del día de todos los Santos del 2017
Basura generada por el macrobotellón del día de todos los Santos del 2017 EMILIANO MOUZO

Esa imagen patética que conocimos el martes habla a las claras del punto al que hemos llegado. Un maravilloso ejemplar de ombú, cuya base majestuosa tanto nos impresionaba a todos de pequeños, se ha cubierto con una red para que no sufra tanto con la celebración del botellón. Víctima semanal de una cochambre que se ha asumido como normal, este gesto manda un mensaje bastante claro: ya podéis mear en el árbol, está protegido. En la mañana de ayer se veía la consecuencia lógica: todo meado y con botellas y bolsas a sus pies esperaba la llegada de los limpiadores.

Lo del ombú se puede ver como un símbolo de la decadencia a la que ha llegado este jardín botánico del siglo XIX. Otro más a sumar a la secuencia de despropósitos. ¿Alguien en su sano juicio piensa que un sitio así es un lugar para que 2.000 personas se junten a beber? ¿Alguien cree que con «alternativas de ocio», «soluciones transversales» y demás arengas de político enrollado se pone coto a esta situación tan lamentable? ¿Alguien sostiene que en una sociedad civilizada se puede tolerar que el dueño de un negocio de hostelería tenga que baldear su fachada porque la han usado como un urinario público?

Ni el alcalde lo cree. Lo dijo en Radio Voz el año pasado. Adelantó que tenía la intención de moverlo de allí. Después, pasó lo que generalmente pasa en política: el tema queda apartado, a ver si muere solo y no se habla más de él. Pero no, el botellón es muy terco. Resucita cuando menos te lo esperas. O se arregla o, tarde o temprano, te explota en la cara.

El problema se ha heredado de gobiernos anteriores. La irresponsabilidad a la hora de afrontarlo parece que también. Tras casi una década con él a rastras quizá sea el momento de darle solución. Prohíban de una vez el botellón en los jardines de Méndez Núñez. Hace poco demostraron que hay situaciones polémicas y cronificadas que se pueden salvar aplicando reglas de civismo y convivencia elementales. Lo hicieron en verano con las terrazas del centro de la ciudad. Háganlo ahora con esto. El sentido común estará de su lado.