Campeón y el cielo de testigo

Toni Silva ARTEIXO

A CORUÑA

El arteixán Manu Trigo acaba de proclamarse campeón gallego de peso gallo, un título que le ha dedicado a su madre, recientemente fallecida

03 ago 2017 . Actualizado a las 19:09 h.

Manu Trigo dio un puñetazo. Y otro. Y otro. Y otro más. David Aller, su rival en el ring de Ourense, aguantaba como podía, ignorando que el verdadero destino de aquellos golpes no eran su cara sino la tristeza que invadía a Trigo desde hacía semanas. Acabó el combate y el juez alzó el brazo de Manu, para reconocerlo como el nuevo campeón gallego de boxeo de peso gallo. El púgil arteixán, apenas tres años sumergido en esta disciplina, se colocó el cinturón sobre el calzón, se colgó la medalla y la asió al tiempo que con la otra mano señalaba un nombre tatuado junto al corazón, Oliva, su madre, fallecida apenas mes y medio antes de aquel duro combate. David Aller casi siempre le había ganado a Trigo, pero en aquella velada celebrada en el pabellón de Os Remedios de Ourense, Manu tenía una energía extra: debía ganar para dedicárselo a su madre. Y el desenlace ya está contado. Ganó. Y ese día, entre las lágrimas de tristeza se colaron, por fin, algunas de alegría.

 Manu Trigo ha abrazado el boxeo como camino hacia el éxito en la vida. Es de vocación tardía, pero la contundencia de sus resultados le auguran una prometedora trayectoria si bien cada escalón que toca subir es exponencialmente más complicado al anterior. Su taller de puesta a punto se llama Stadium, el gimnasio de Arteixo en el que se entrena a las órdenes de Suso Penela, el que le exprime esa última gota más de sudor. «Me entreno allí unas dos horas al día, aunque hay jornadas que no voy... este mes, por ejemplo, no voy a entrenar», explica Manu. En parte se entiende. Es el descanso del guerrero, el del campeón. Aunque eso tiene consecuencias: «Ya estoy por encima del peso reglamentario, 56 kilos, por los 60 ando...». Así que en alguna velada de finales de julio ha pactado un peso nuevo (59 kilos) para competir.

Además de su entrenador, otro de los pilares de su progresión son sus compañeros del gimnasio, como el púgil Diego Couceiro. «Antes mi esquina (así lo dice en el argot pugilístico) era Nacho de la Iglesia, del que aprendí y al que debo mucho», explica Manu Trigo, quien compagina la práctica del boxeo con su trabajo en una empresa textil auxiliar de Inditex en el polígono de Sabón. «Vale, no he sido nunca un buen estudiante, pero me busco la vida trabajando, no me la paso de brazos cruzados».

Y es difícil imaginar de brazos cruzados a un boxeador. Manu es culo inquieto. Antes del ring pisó los campos de fútbol con cierto éxito, de centrocampista y siempre con la camiseta del Atlético Arteixo, en la categoría de cadetes y juveniles.

Pero el fútbol es agua pasada y ahora todo lo centra el boxeo donde ya se ha llevado varias alegrías. Porque la de Ourense es la primera de oro pero no es la primera medalla. Fue bronce de promesas en el 2015 y otro bronce un año después en el campeonato gallego. Ahora, su título le proporciona el pasaporte para formar parte de la selección gallega y competirá por ser el campeón de España de peso gallo. Para eso se entrena. Y cuando las fuerzas fallen volverá a recordar el nombre tatuado en su pecho y que tiemble quien esté delante.