La dignidad de los excluidos

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló CRÓNICAS CORUÑESAS

A CORUÑA

05 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos horas se quedan cortas para conocer la ingente labor que realiza la Institución Padre Rubinos. Deslumbran sus flamantes instalaciones construidas con el apoyo de la Fundación Amancio Ortega, pero lo que da valor a la esencia de esta y otras entidades de la ciudad que llevan décadas trabajando de forma desinteresada es su voluntad de no dejar solos a quienes han tenido el infortunio de verse atrapados en la marginalidad y en la exclusión. Más de 1.200 personas han pasado en el 2015 por el albergue de transeúntes de Padre Rubidos, donde, además de un techo bajo el que dormir, reciben atenciones que van desde la asistencia sanitaria, la posibilidad de asearse, un plato caliente, un libro para leer, el paso por la peluquería o talleres para la inserción laboral. Se ofrece ayuda, compañía y respeto; se pide compromiso y esfuerzo para la reinserción.

Esas 1.200 personas reflejan al mismo tiempo las dos caras de una sociedad solidaria e injusta. Hay más números, como los que esta semana dieron a conocer Cáritas o la Cruz Roja. Los cuatro mil usuarios del Banco de Alimentos o el medio millón de comidas que sirve al año la Cocina Económica. Más de seis mil personas pasaron para solicitar ayuda por las oficinas parroquiales de Cáritas. Y 16.800 lo hicieron en alguna de las dieciséis sedes que la Cruz Roja tiene en la provincia. Son solo algunos de los datos de la exclusión, de la vergüenza de una sociedad que es incapaz de cumplir sus propias normas de igualdad y justicia social. Un panorama de pobreza que, según algunos estudios, afectaría al 18 % de la población coruñesa. Es el grupo que estaría en necesidad extrema, los que tienen unos ingresos inferiores a 642 euros al mes. Pero, como relatan cada día los responsables de entidades sociales y voluntarios, son muchísimos los que están muy lejos de esa cifra. Los que no tienen nada. 

En ese contexto de necesidad saludan la previsible próxima aprobación de la renta social municipal que esbozó el viernes el alcalde. Parece que en el pleno del día 13 no habrá oposiciones a la propuesta, aunque los grupos políticos ya avanzaron el mismo viernes en Radio Voz que quieren conocer el detalle y, sobre todo, las herramientas que acompañarán a la renta de entre 500 y 1.000 euros mensuales que podrán percibir hasta un millar de familias. La virtud de una prestación como esta será mayor cuanto antes tienda a desaparecer. Apoyo a la integración, formación para el empleo y fórmulas de implicación social son imprescindibles para darle sentido a la renta, además, claro, de despojarla del más mínimo atisbo de clientelismo. Por el buen uso de los recursos públicos y, sobre todo, por la dignidad de las personas que la recibirán.