A pesar de ese esfuerzo, el año pasado el operativo no se tradujo en una cacería de conductores. En cada partido se pusieron una media de poco más de once multas y tres retiradas de vehículos. En la mayoría de los casos eran automóviles llegados desde fuera de la ciudad. Además, son cifras muy moderadas si se tiene en cuenta la enorme cantidad de irregularidades que se producían en esas jornadas, con vehículos aparcados con las cuatro ruedas sobre la acera, en medio de carriles de circulación o incluso encima de zonas verdes.
Este año, a pesar de la ampliación a la tercera ronda, todo indica que el número de sanciones no se incrementará. La mayor parte del esfuerzo es preventivo, con un nutrido despliegue de señales y conos de tráfico para recordar a los conductores la normativa. Pero además no se ha dado a los policías una orden de «multe a discreción», sino que denunciarán los coches aparcados de forma «intolerable» cometiendo infracciones «exageradas». Aquellos que pongan en riesgo a otros ciudadanos, causen daños al patrimonio, impidan la circulación o el acceso a viviendas...