Los Mestre Mateo reactivan «Somos gente honrada»

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

A CORUÑA

Los seis premios cosechados propician el reestreno del filme

16 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La ópera prima del vigués Alejandro Marzoa Somos gente honrada se llevó el pasado sábado seis premios en la gala de los Mestre Mateo: mejor largometraje, dirección, guion, actor protagonista y de reparto, además de maquillaje y peluquería. Este éxito ha reactivado la vida comercial del filme, que se reestrena en las salas gallegas. Es la primera vez que los galardones convocados por la Academia Galega do Audiovisual propicia la vuelta a los cines de una película, algo que sin embargo está más consolidado en premios como los Goya o incluso los Oscar. Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba, triunfó en los últimos Goya, pero, paradójicamente, en ese momento no había forma legal de ver el filme, desaparecido ya de los cines y sin editar todavía en deuvedé; los premios lo devolvieron a las salas.

«Pensamos que vale la pena intentarlo», explica Emma Lustres, de Vaca Films, productora de Somos gente honrada junto a El Terrat. «Creemos que este es el camino. Hay que pensar que los reestrenos a raíz de los Goya aún se empezaron a hacer hace seis o siete años y ahora nos parecen totalmente normales», añade Lustres.

De esta forma, los espectadores gallegos tendrán una nueva oportunidad de ver una comedia que cosechó críticas muy buenas con motivo de su estreno, pero a la que su proyección a comienzos de verano posiblemente restó más espectadores de los que podría haber tenido.

Retranca

Además de la participación gallega en la producción y en la dirección, Somos gente honrada cuenta con un reparto notable en rostros populares de la escena del país, y se rodó en la ciudad de A Coruña y en localizaciones próximas como el Pedrido, en la ría de Betanzos. El humor que propone entronca también con lo gallego, sacando partido a la retranca para su vis cómica.

El punto de partida es el hallazgo por parte de dos amigos durante un día de pesca de un paquete con diez kilos de cocaína. Sin trabajo y sin dinero, la tentación de vender la droga ellos mismos es muy grande, pero plantea dilemas éticos y prácticos.