Las dunas sí salvaron Laredo

A coruña / la voz

A CORUÑA

<span lang= es-es >Una muralla que detuvo la fuerza del mar</span>. En Laredo sufrieron la fuerza del mar en sus calles el pasado 2 de febrero. Entonces decidieron tomar medidas y crearon una muralla de arena en la playa que sirvió para minimizar los efectos de las olas.
Una muralla que detuvo la fuerza del mar. En Laredo sufrieron la fuerza del mar en sus calles el pasado 2 de febrero. Entonces decidieron tomar medidas y crearon una muralla de arena en la playa que sirvió para minimizar los efectos de las olas. ramón arenas< / span>

El municipio cántabro creó una barrera de áridos que evitó que las aguas llegaran a las calles, una prevención que no se tomó en A Coruña

09 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

A finales de los noventa A Coruña empezó a protegerse contra los temporales de invierno haciendo acopio de arena en Riazor y el Orzán, creando una especie de dunas artificiales que servían como muros en los que se estrellaban las olas, que no llegaban a las calles. En el 2010, tras los últimos aportes de áridos, decidió dejarse de poner la duna. Este año, tampoco estuvo allí. El que sí estuvo fue el mar, que acabó entrando en la ciudad y causando importantes daños. La última estimación cifra en un millón de euros los destrozos.

El alcalde aseguró que la duna no hubiera servido para nada en los últimos temporales. Lo cierto es que tampoco se intentó una alternativa -solo durante la última semana y contra reloj- y finalmente las olas se encontraron las puertas abiertas de la ciudad.

El propio Carlos Negreira reconoció que con los temporales encima desde diciembre el Ayuntamiento no había tenido tiempo de nada, y la solución, a toro pasado, es el anuncio de la creación de un grupo de estudio para pensar en qué hacer ante futuros problemas similares.

En Laredo (Cantabria), un municipio de apenas 12.000 habitantes, no necesitaron ni comisiones ni grupos de expertos. Como en el caso de A Coruña, tiene viviendas en primera línea de playa frente al océano. El 2 de febrero el agua entró en las calles causando importantes daños. «Después del día 2 de febrero sabíamos, por las tablas de mareas, que en marzo iba a haber otra. Lo que hicimos fue ser precavidos y empezar a trabajar para prevenir». Lo cuenta Ramón Arenas, concejal del Mundo de Mar del municipio cántabro.

No convocaron a ningún especialista. «Las dunas son la primera línea defensiva ante un temporal», dice Arenas citando la Ley de Costas. Con esa premisa metieron las máquinas en la playa y crearon murallas de arena de hasta cuatro metros de altura en los puntos más sensibles de la playa, en aquellos accesos donde las dunas naturales no servían de parapeto por existir pasos peatonales. Fueron cientos de metros movidos en unos días cuando el mar dejaba trabajar. «Taponamos todos los puntos sensibles», cuenta Arenas. Y funcionó: «Los daños fueron prácticamente inexistentes», cuenta el edil, que explica que para tomar las medidas ellos mismos, los concejales y funcionarios, «teníamos estudiado hasta el último milímetro lo que estaba pasando para poder prevenir».

Los últimos embates del mar destrozaron muchos lugares de la costa norte, pero no Laredo, donde con un método bien sencillo -y que en A Coruña ya se había probado antes con éxito- lograron ahorrarle el mal trago a los vecinos. Los coruñeses, por su parte, vieron como el mar llegaba a las calles sin que se tomara una sola medida para cortarle el paso.