Condenan a la Mora y parte de su clan a 5 años de cárcel

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El clan de la Mora, en el banquillo de los acusados.
El clan de la Mora, en el banquillo de los acusados. A.?m.< / span>

La conocida traficante había declarado en el juicio que se dedicaba a la venta ambulante por las ferias de Galicia

30 nov 2012 . Actualizado a las 07:04 h.

María Jesús Silva Jiménez, más conocida como la Mora, no vende calcetines por las ferias, como dice. Es traficante. Así lo afirma el tribunal que la juzgó hace dos semanas y por eso la condena a cinco años de prisión.

La Audiencia Provincial no desvela nada nuevo. A nadie coge de sorpresa. Con esta, ya fueron muchas las veces que fue juzgada y sentenciada por traficar con heroína. Cuando vivía en Penamoa y después de que la echaran, que se estableció en las viviendas ruinosas de San José. Esta condena se refiere precisamente a lo que hacía en esa zona, cuando la policía irrumpió en esas casas el pasado 12 de enero, deteniéndola junto a ocho miembros de su clan, incluido su marido, su hija y su yerno.

Los jueces que presidieron el tribunal no se creyeron ni una palabra de lo dicho por la mayoría de los acusados. Salvo a dos de ellos, que absolvió. Desde el estrado, los procesados juraron que jamás vendieron heroína. Dijeron que vivían del comercio de chatarra, de los mercadillos de las ferias y, en el caso de una acusada, de la prostitución.

Y los condenaron a pesar de que la policía apenas encontró heroína en aquellas casas -hallaron en el registro de tres viviendas 21,416 gramos de heroína y 3,431 gramos de hachís-. Y sobre la báscula de precisión encontrada, la Mora manifestó ante el tribunal que había sido llevada allí por unos niños que se dedicaban a entregarle artículos para vender en la feria y que la habían encontrado en la basura. En cuanto a los restos de papel de aluminio usado para preparar la droga, que también aparecieron en su vivienda, «no eran míos, sino de amigos y familiares que consumen droga y que los habían dejado allí».

La jefa del clan declaró también que ella y su pareja, con la que mantenía una relación tras haberse separado de su marido, vivían temporalmente en esa casa de San José, pues estaban a la espera de alquilar un piso en Meicende. La Mora explicó que pasaba poco tiempo en la zona, por viajar con frecuencia a las ferias de aldeas. «Yo me marchaba mucho por las aldeas, a las ferias, para vender. No estaba mucho por allí», dijo.

Nada que ver con lo declarado por uno de los agentes que testificó, que recordó que la patrona del clan estaba presente en la mayoría de las ventas de droga y que era la que daba las órdenes.

La aludida también se refirió al dinero que le encontraron encima, un total de 1.940 euros. Dijo al respecto: «Llevo el dinero encima porque tengo miedo de que me roben».

Sobre la cantidad de toxicómanos entraban y salían de esas casas, la procesada dijo que eran familiares o amigos de quienes las habitaban y no consumidores que querían comprar. «Los que iban por allí eran amigos. No se vendía droga», comentó un hijo de la Mora.