«Los Carduchos nos limitaban»

fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

La directora celebra las nuevas adquisiciones de la pinacoteca

27 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lleva más de quince años al frente del Museo de Belas Artes, una de las joyas arquitectónicas y museísticas con las que cuenta esta ciudad. La gestión de Ángeles Penas ha dinamizado su actividad más allá de lo estrictamente pictórico, para convertir a este singular edificio de Zalaeta en un punto referencial de la cultura en A Coruña. Se muestra más que satisfecha con las nuevas y recientes cesiones del Museo del Prado y no desprende, a pesar de todo, la más mínima añoranza por los llorados Carduchos.

-En este museo hay que visitar tanto el contenido como el continente.

-Pasamos de un edificio noble pero pequeño a una gran edificación que supo conjugar muy bien lo nuevo con lo antiguo. Y para eso el arquitecto estudió muy de cerca el museo y sus posibles contenidos, lo que ha ayudado a definirlo y a potenciarlo no solo en cuanto a exposiciones, sino desde el punto de vista de la investigación, la divulgación y la conservación. Un objetivo que se consigue con profesionales volcados en el asunto, como los que aquí tenemos, y con una colección importante.

-Y esa colección cuenta ahora con nuevas piezas.

-Y estamos muy satisfechos con ellas, ya que le han hecho ganar al museo una calidad que hace tres años era inimaginable. Son unas obras de gran formato y prestigio que dan coherencia al contenido del museo.

-Pero en su momento se lloró mucho por la marcha de los Carduchos.

-Eran un nicho de veneración, una serie incuestionable en la historia de la pintura española. Pero era solo un autor y un tema concreto, el religioso. No daba pie a explicar nada más, lo que nos limitaba mucho. Ahora, sin embargo, podemos dar una visión más completa de lo que fue el siglo XVII, la pintura barroca... Las tablas de Rubens, por las que tengo especial predilección, estaban descontextualizadas, y esto nos permite darles sentido.

-Mereció la pena, por lo tanto.

-Tener detrás a uno de los mayores museos del mundo, dispuesto a colaborar, es un privilegio y algo clave para nosotros. Y veremos qué nos trae el futuro.

-Láncese a soñar y pida su gran deseo para este museo.

-Simplemente que el Prado nos vaya haciendo llegar obras de calidad cada cierto tiempo y que se vayan animando otros museos a entrar en este circuito para así generar una actividad frenética. Y, por supuesto, que la gente de esta ciudad participe de este proyecto.

-Pero en cuanto a obras, ¿qué le gustaría tener en estas paredes?

-(Levanta las cejas y resopla). Puestos a pedir, pues una obra grandiosa de Rubens sería maravilloso tenerla por aquí aunque fuese temporalmente... ¡Es que serían muchas cosas! A nivel personal, me encantaría un Klimt. Pero pensando en el museo, quizá algo de Damien Hirst, una pieza de vanguardia para ver cómo responde el público ante algo tan chocante.

-¿Cree que cuajaría? ¿No sería muy arriesgado?

-Ahí estaría la gracia, pero te aseguro que no dejaría a nadie indiferente. Recientemente he tenido la suerte de poder visitar una exposición del chino Ai Weiwei en Múnich y fue algo increíble. Tiene una fuerza expresiva brutal y una carga enorme de provocación y denuncia social. Es de lo que más me ha impactado de todo lo que he visto.

Ángeles Penas Truque directora del museo de belas artes