Debe aprenderse de los fracasos

A CORUÑA

04 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El toque de atención dado ayer en el Punto de Mira era un claro mensaje a los jugadores del Deportivo con el deseo de que estos se esfuercen al máximo en el compromiso que les espera esta noche, frente al Hércules de Alicante, compromiso que debe ser afrontado con ese vigor que no permite el decaimiento en el futbolista, percance de un riesgo que puede afectar al equipo cuando, desde el comienzo, el balón no rueda a favor.

El rival alicantino aparece, sobre el papel, como uno de los firmes competidores a estar por arriba en esta Liga que acaba de ponerse en marcha. Con frecuencia, la comentada ventaja de jugar dos partidos seguidos en casa suele traicionar al que lo hace de local, ante sus seguidores. Demostrarlo resulta tan fácil como recordar a los aficionados coruñeses lo sucedido, no hace tanto tiempo, en Riazor con los partidos jugados frente al Levante y Mallorca, en dos jornadas consecutivas. De los seis puntos que Lotina y los demás esperaban sumar, tres se fueron para Valencia y costaron al Deportivo el descenso y para el Levante (vencedor por 1-0 en el último minuto) terminaron valiendo su permanencia en Primera División. De los fracasos es obligado recoger enseñanzas.