«Nuestro comportamiento en Lorca no fue tan diferente al de los japoneses»

R. domínguez A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El jefe del Servicio de Emergencias Municipal de Lorca califica de ejemplar la respuesta de la población tras el seísmo.

27 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Ricardo Villalba Gómez, de 42 años, es el jefe del Servicio de Emergencias Municipal de Lorca, donde la tierra tembló el 11 de mayo como no lo había hecho en España desde 1884. Reservista del Ejército en la Agrupación 1 de Sanidad, ayer relató su experiencia en A Coruña, en los actos del Día de las Fuerzas Armadas.

-No fue su primer terremoto.

-Viví otros dos, en el 2002 y en el 2005. Pero ninguno como este. En el primer temblor estaba en casa, en Murcia, y me fui a Lorca. Cuando llegó el fuerte, ya estaba el puesto de mando en marcha.

-¿Cómo es el minuto siguiente?

-Los primeros momentos, muy difíciles. Se te viene toda la responsabilidad del mundo encima y uno busca toda la capacidad para atender las necesidades. El teléfono no para de sonar para reclamar respuestas, hay que ordenar ideas, reunir recursos, organizar y prevenir más daños... Teníamos un plan de emergencias con toda la planificación ordenada. Facilitó las cosas.

-¿Con qué medios contaba en el primer momento?

-Con el parque de bomberos, mi propio servicio, el 061, los servicios municipales y los voluntarios de la Cruz Roja. Unas cien personas, aparte de la policía. De ahí surgió la primera atención para el rescate. Después, esa misma madrugada, llegaron apoyos regionales, de municipios, del Ejército...

-¿Qué fue lo más difícil?

-¿Lo más duro? Encontrar los cadáveres con la población, con sus familias alrededor. Y fue complicado tener a 60.000 personas en la calle con todas sus necesidades básicas sin cubrir. Después ya vendría la reconstrucción, pero en aquel momento había que curarlos, darles de comer, mantas...

-¿Y lo que más le sorprendió?

-La respuesta de la población. Fue ejemplar. Fue solidaria en las labores de atención y rescate y después en el acogimiento de las personas que no podían volver a sus casas. Eso nos facilitó poder centrarnos en los que estaban en peor situación. No hubo escenas de pánico colectivo... nuestro comportamiento no fue tan diferente al de los japoneses. Muchos comercios quedaron abiertos días y días, con los cristales rotos, y no ha habido saqueos.

-Si sucediese hoy, ¿haría las cosas de otro modo?

-Siempre debemos hacer un juicio crítico y aprender de la experiencia, mejorar lo mejorable para ganar eficacia. En situaciones así, al principio los recursos siempre son escasos y la mejora que podamos lograr será bienvenida. No eché en falta nada, todo lo que necesitamos y pedimos, lo tuvimos. Me hubiera gustado contar con un sistema de alerta temprana, hubiera evitado muertos, pero por ahora no se pueden predecir los seísmos.

-¿Y qué hemos aprendido?

-Que hay que estar organizados, cooperar y en cualquier caso transmitir confianza y tener siempre informada a la población. Es la manera de evitar miedos. En un futuro, habrá que revisar la norma de construcción, a pesar de que los edificios respondieron. Aunque queden en ruinas, lo importante es que no se colapsen, que la gente pueda salir a la calle, y solo uno se colapsó.

Ricardo villalba gómez jefe del servicio municipal de emergencias de lorca

«¿Lo más duro? Encontrar los cadáveres con

sus familias alrededor»