Jugando a la tragedia en el Orzán

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

Un niño casi se ahoga por la imprudencia de sus padres

08 feb 2011 . Actualizado a las 21:39 h.

«Aún me dan escalofríos cada vez que lo pienso; estoy muy indignada por la imprudencia de esos padres y es que deberíamos haberlos denunciado después de lo que pasó». Ella y su marido presenciaron lo que ocurrió el pasado domingo en la playa del Orzán: un niño, «tendrá unos cuatro o cinco años», fue arrastrado por el mar cuando estaba jugando con las olas en presencia de sus padres, aseguraba esta mujer en la mañana de ayer.

Según explicaba, ella y su marido no fueron los únicos que presenciaron lo ocurrido: «Había mucha gente que estaba viendo la imprudencia de los padres al tener allí al niño jugando con las olas y sobre todo tal y como estaba el mar ese día». Por ello prefiere mantener el anonimato y reconoce que, en parte, su indignación se debe también a que «nosotros tenemos nietos pequeños».

Estaba empezando a anochecer el pasado domingo, relataba la mujer, cuando ella y su marido iban caminando por el paseo marítimo y les llamó la atención que un niño pequeño estuviera jugando a escapar de las olas en el centro de la playa del Orzán. Ambos se quedaron mirando porque les pareció una imprudencia, entre otras cosas, «porque había mucho oleaje». Fue entonces cuando «pasó lo que ya mi marido había dicho unos momentos antes que podía pasar» y fue que «primero una ola empapó al niño y enseguida vino otra que lo llevó un poco más hacia adentro».

En esos momentos, a la curiosidad inicial se unió la angustia por lo que pudiera ocurrir con el crío. «El padre se metió en el mar para tratar de cogerlo», seguía contando la mujer, a la vez que hacía continuos comentarios acerca de la indignación que entre los que presenciaban los hechos provocaba «la imprudencia de los padres».

Después de que el padre «saliera a por su hijo», la madre también se acercó a la orilla del agua. El fuerte oleaje dificultaba la salida del hombre con su hijo, al que ya había logrado coger entre el oleaje, «y mi marido estaba nerviosísimo», seguía evocando esta abuela testigo de lo ocurrido.

Y en el arenal, la madre del pequeño, viendo que su marido y su hijo no conseguían salía, la mujer también se metió en el mar con el fin de ayudarles. «Por lo menos le llegaba el agua por encima de las rodillas», continuaba el relato. Entonces la atención de quienes transitaban por el paseo marítimo ya se centraba en la familia que intentaba salir del mar.

Un joven que estaba en el paseo bajó corriendo por una de las rampas que dan acceso a la playa y se acercó a la orilla del mar para tratar de ayudar.

En un primer momento, la noticia del hecho , divulgada en el blog del barrio de Los Rosales, indicaba que unos jóvenes que estaban haciendo body-board habían sido los que rescataran a la familia, pero «era imposible hacer body-board con aquel oleaje», decía un experto.

Llamada telefónica

De todos modos, mientras ocurría esto y el joven se acercaba a la familia en apuros, «mi marido llamó por teléfono a la Policía Municipal, pero en el momento en que estaba hablando con ellos fue cuando el chico cogió le cogió al niño a su padre y lo sacó fuera», explicaba la mujer.

Razonaba asimismo que este podría ser el motivo por el que desde la 092 indicaran en la noche del domingo que no tenían conocimiento de que hubiera ocurrido nada en la playa del Orzán «porque mi marido les dijo que ya estaba solucionado». En la misma situación estaban los servicios de Protección Civil, Cruz Roja y Salvamento Marítimo, que tampoco tuvieron conocimiento de lo ocurrido.

Finalmente, «al padre todavía le costó salir, porque había muchas olas», insistía la mujer que presenció los hechos. Con los tres componentes de la familia ya en la arena, el pequeño empapado de agua y asustado, el padre tratando de reponerse del revolcón y la madre intentando mantener la calma, los testigos de lo que pudo ser una tragedia continuaron su camino. «La verdad que nos fuimos muy enfadados», concluía la mujer su relato de un juego con la tragedia que acabó solo en un susto.