La medición del público asistente a los conciertos al aire libre continúa generando polémica. La última ha surgido con el Noroeste Pop Rock y el pase de David Bisbal
10 ago 2010 . Actualizado a las 15:13 h.«Había gente hasta Rubine, o sea, la mitad de la playa. Yo calculo que habría 10.000 personas siendo generoso». Son palabras de uno de los lectores de La Voz, recogidas en el apartado de opinión de la versión digital de este periódico. Se refieren a la noticia del concierto que el 1 de agosto ofreció David Bisbal en la playa de Riazor. La versión dada por Protección Civil situaba la cifra de asistentes en 50.000 personas, una vez avanzado el concierto.
«A ver si con el Noroeste Pop Rock sois tan generosos con la medición de la gente que va a asistir», remataba el lector su intervención digital. Solo hay que revisar la hemeroteca reciente de La Voz para certificar cómo transcurrió la cosa días después. Según fuentes oficiales, el día de Loquillo había 10.000 personas y el de Los Planetas, 8.000.
En el caso mencionado se puede deducir una sospecha existente entre los sectores musicales de la ciudad: la de que ciertos eventos se ensalzan para transmitir a la opinión pública una sensación de triunfo, mientras que otros se minimizan para dar el efecto contrario.
En la Concejalía de Fiestas aseguran que el primer sitio en el que se desea que las fiestas sean un éxito es ahí, e indican que las cifras que ofrecen a la prensa son las que que les da Protección Civil. De hecho, en el mismo foro una de las integrantes del servicio advertía: «El cálculo no se realiza a ojímetro. Nos situamos en el epicentro del evento, observamos las personas que hay en un metro cuadrado, y multiplicamos por los que tiene el espacio dedicado, hasta donde hay gente».
Ese método lo corrobora Carlos García Touriñán, jefe de Protección Civil de A Coruña, que específica que este año uno de los parámetros de medida, el ancho de la playa, ha variado por el relleno. Con una marea normal es de 70 metros. En cuanto al largo, desde el lugar en el que se instala el escenario hasta el espigón hay 470 metros.
Partiendo de ello, indica Touriñán, que se estiman entre 3 y 4 personas por metro cuadrado en los conciertos en los que hay lleno. Ese sería el caso del tramo que va desde la mesa de sonido hasta el escenario en el concierto de David Bisbal. Su largo es de 45 metros y, teniendo en cuenta que el escenario se sitúa a varios metros de la orilla, que la gente no suele ocupar la arena mojada y que tiende a colocarse centrada, se podría ceñir el ancho de la medición a 50 metros. Con estos cálculos, y apuntando a 4 personas por metro cuadrado, darían solo en ese área 9.000 personas
El resto de la playa tiene un largo de 420 metros. Haciendo una media de una persona por metro cuadrado, dan 21.000 personas. Es decir, que solo en el arenal estaban 30.000 personas. Si la media es de dos personas darían 42.000 y un total de 51.000, que rebasaría incluso la cifra dada. El problema es determinar hasta dónde había gente como para entrar en esa media y dónde se dispersaba la gente. Aparte, había que sumar la zona del paseo marítimo.
Respecto a Loquillo y Los Planetas ese plus de público en el paseo no fue tan grande. Sí se registró lleno en el primer tramo -no tanto como con Bisbal, especialmente en el caso de Los Planetas- y también gente más allá de la torre de sonido. La clave aquí es fijar si se parte de las 4 personas por metro cuadrado o de 3 en el área primera. Serían 9.000 y 6.750 respectivamente, a la que habría que sumarle el resto del público. Todo indica que en el caso Loquillo se tiró por la primera opción y en Los Planetas por la segunda.