Un «after» de la calle Pintor Joaquín Vaamonde abrió este fin de semana

Javier Becerra
Javier Becerra A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

La asociación de vecinos del Ensanche exige a Urbanismo que reaccione con el «cierre inmediato» del local.

04 ago 2010 . Actualizado a las 21:49 h.

La Sala, uno de los dos locales after-hours que cerraron sus puertas en junio del 2009 tras las constantes quejas vecinales, ha vuelto a abrir sus puertas. Así lo denuncia la asociación de vecinos del Ensanche, que ha recibido numerosas quejas de los residentes de la calle por la reanudación de la actividad del local. Además de ello, en la zona de Juan Flórez se pudieron ver carteles anunciando de esa apertura.

Aunque el pasado fin de semana no se registraron incidentes y los vecinos certifiquen que la mañana del domingo transcurrió relativamente tranquila, los residentes temen que el ambiente de ruidos, peleas y consumo de drogas en la vía pública se vuelva a instaurar en la zona. En junio del 2009 La Voz publicaba que Pintor Joaquín Vaamonde era una de las calles de la ciudad en las que existía un mayor índice de delitos. Y, aún a día de hoy, los juzgados resuelven asuntos de agresiones producidas en esa zona.

El presidente de la Asociación de Vecinos del Ensanche, Gerardo Crespo, que protagonizó una encendida lucha el verano pasado por la clausura de estos locales, pide ahora que el Ayuntamiento reaccione con el «cierre inmediato del local». Según Crespo, «Urbanismo no puede permitir que ese local funcione a altas horas de la madrugada ni un minuto más, después de lo que pasó el año pasado. Es una falta de respeto a los ciudadanos».

A la espera de que el Ayuntamiento indique si el local cuenta con licencia o no, el representante vecinal descarta cualquiera de las dos opciones. «Si funciona sin licencia deberían cerrarlo de manera inmediata por saltarse la legalidad. Si, por contra, se la han concedido entonces es la responsable de Urbanismo, Obdulia Taboadela, quien debería dimitir por dar una licencia a un local que claramente incumple los requisitos para ello».

Por su parte, desde María Pita se ha dado orden a la Policía Local para que intensifique las labores de vigilancia en la zona del fin de semana.

Protestas

En junio del 2009, tras una pelea multitudinaria en la calle, el malestar vecinal estalló, llegando a un punto de no retorno. La asociación vecinal, que acusaba a las autoridades de dejadez en el tema, anunció entonces la creación de patrullas vecinales para vigilar que en la zona no se produjesen actividades ilegales. Con ello, querían poner de manifiesto que se encontraban totalmente desasistidos.

Crespo denunció que los locales que funcionaban entonces, La Sala y el Saqqara, solo tenían licencia de cervecería aunque funcionaban como verdaderos after-hours. Tal y como denunciaron los vecinos, cuando acudía a la zona de la Policía Local los porteros avisaban. Dentro cortaban la música y colocaban varias sillas para dar apariencia de cafetería.

La madrugada del 13 de junio la Policía Local precintó varios de los equipos y la zona, que habitualmente estaba llena cuando empezaba a amanecer, se vació completamente. Sin embargo, un día después, decenas de jóvenes volvían a los locales ya con música. La Voz constató aquel día que en la vía pública se consumía droga y que se produjeron peleas.

La semana siguiente, el 18 de junio, Urbanismo ordenó el cese de actividad. Ese fin de semana la Policía Local volvió a vigilar la zona e impidió que se pusiese música. La Sala ya no llegó ni a abrir. El Saqqara lo hizo el viernes, pero sin apenas clientes. A partir de ahí ambos locales permanecerían cerrados con la satisfacción general del vecindario, que se libraba así de su particular pesadilla.