«La música necesita evolucionar sin perder de vista sus orígenes»

Jacinto Ruiz REDACCIÓN |

A CORUÑA

«Cuando las cosas se ponen mal no es bueno ponerse a llorar por las esquinas, se precisa trabajo y nuevas ideas para salir de la crisis», asegura la artista gallega

22 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«No sé definirme como artista. Es difícil, sobre todo siendo como soy, muy inquieta, y porque he bebido de muchas fuentes. Soy antietiquetas. Me gusta todo. Ahora ya estoy en una fase preproducción, para dejar atrás Entre dous mares, dando los últimos coletazos a mi segundo trabajo en solitario ¿Si tiene nombre?, claro, pero no quiero dar pistas. Cuando trabajo doy muchas vueltas y lo que hoy me vale mañana de una patada tiro con todo. Voy a seguir evolucionando, alejándome de donde vengo, pasito a pasito», nos cuenta de una parrafada, como una disculpa, pero siempre sonriendo, Rosa Cedrón.

-Unos comienzos en los que siempre se la vincula con Oldfield, ¿ha sido tan decisivo?

-Seguramente sí, pero hubo otras, también dedicación.

-¿Cree en el destino?

-Sí, la suerte existe. Hay gente que vale muchísimo, trabaja con interés y no acaba de salir, pero creo que si llega el tren tienes que tener la maleta hecha y llena, preparada para arrancar.

-En el 2005 comienza en solitario. ¿Por qué abandona Luar?

-Por mi forma de ser. Eran ya muchos años y llegó un momento en que quería transmitir mi mensaje, no el de los demás.

-¿Qué se llevó del grupo?

-Muchas experiencias bonitas, escenarios muy grandes, estuvimos en todos los festivales, recorrimos el mundo, años muy movidos.

-Ahora tiene previsto un trabajo con Cristina Pato que lleva como título «Soas».

-Ahí sí te digo que creo en el destino y que estábamos predestinadas a encontrarnos. Porque además nuestras carreras han ido muy paralelas, las dos empezamos en el mundo de la clásica, sabemos lo que es una disciplina férrea. Cristina es una buena profesora de piano y yo de violoncelo, y bueno... más cosas. Soas nace de un momento, cuando nos juntaron nuestras agencias y decidimos ir en solitario.

-¿Qué nivel tiene ahora la música gallega?

-Muy bueno. Hay ideas nuevas. Nunca hubo tanta gente dedicándose solo a la música, que además tiende a profesionalizarse, y eso es difícil. Vivir solo de la música es una proeza

-Sin embargo da la sensación que tras el bum de los noventa la música, al menos la folk, no está en su mejor momento.

-Cuando ocurrió había opiniones enfrentadas. Unos decían que era pasajero y otros el resultado de mucho tiempo de trabajo. Las dos cosas y ninguna. Se puso de moda y eso hizo que traspasásemos fronteras y saliésemos al mundo. Ha pasado, pero ha dejado un poso grande, mucho trabajo hecho.

-¿Necesita sumar referentes, el mestizaje como respuesta?

-La música como todos los seres vivos necesita evolucionar, pero sin perder de vista de sus orígenes. A partir de ahí abrirse al mundo, seguir por ese camino.

-¿En que fase se encuentra?

-Sabe Dios. Con lo que está sucediendo se respira una cierta parálisis, pero creo que es pasajera. Cuando la cosa se pone mal no es bueno ponerse a llorar por las esquinas, lo que hace falta es trabajar, buscar nuevas ideas, proyectos y seguir trabajando.