Adiós a la última «selleira»

A CORUÑA

Durante décadas, Celsa Fernández trabajó llevando agua a multitud de hogares. El domingo falleció a los 100 años

20 jul 2009 . Actualizado a las 12:09 h.

Litros y litros trasladó durante décadas Celsa Fernández Acevedo a numerosas viviendas de la ciudad, en una época en la que disponer de agua limpia en casa era un lujo que podían permitirse muy pocos. Todas las noches, esta coruñesa centenaria recogía el suministro de una fuente situada cerca del paseo de los Puentes, y luego lo llevaba en tres sellas -una en la cabeza y dos en los brazos- a los hogares de destacados coruñeses.

Gracias a este trabajo de selleira era conocida en toda la zona de Santa Margarita, además de por su excelente carácter y, sobre todo, por su rapidez. Sus hijos, Marta y José Antonio García, recordaron que su madre no paraba de trabajar y llevaba tres recipientes a la vez, mientras que otras solo transportaban uno o dos. Con la llegada de la red de agua a la ciudad coruñesa, las selleiras se quedaron sin trabajo, pero esto no impidió que Celsa Fernández siguiese haciendo labores de limpieza en multitud de casas, así como en una empresa de marroquinería que había en la Grela.

Salud de hierro

La vitalidad de esta coruñesa la llevó a vivir durante más de 100 años, en los que siempre gozó de una salud de hierro. «Con noventa años iba y venía andando a Pastoriza», recordó su hijo, al mismo tiempo que se maravillaba de la fortaleza de su progenitora.

«Hace unos veinte años la tiraron por unas escaleras para robarle un bolso, y se lastimó un brazo. Recibió rehabilitación, y a pesar de tener 80 años, se recuperó y el brazo le volvió a su sitio», apuntó José Antonio García, que no escatimó en elogios a la hora de recordarla. «Siempre tenía una sonrisa en los labios, y estaba de buen humor. Cuando llegaban los carnavales, siempre se disfrazaba. Nunca se quejó de nada. Supo vivir y morir».

Hace diez años, el entonces alcalde Francisco Vázquez le rindió un homenaje y la recibió en el palacio municipal de María Pita. El regidor le preguntó a Celsa Fernández qué podía hacer por ella. «Le contestó que quería que le enseñara todo el Ayuntamiento. Paco Vázquez le abrió todo para ella y salió como una marquesa», que el pasado domingo se fue para siempre.