El estrangulamiento de la calle Honduras, un caso pendiente

La Voz

A CORUÑA

07 jun 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En octubre del 91 fue el asesinato de la panadera de Monte Alto, muerta en el ascensor de su casa por la amante de su marido. Poco después del crimen de la maleta, en julio del 92, los celos empujaron a César Reboredo a presentarse en casa de su pareja, en General Sanjurjo, con una navaja. Sin castigo quedó la muerte de una joven que en mayo del 95 apareció flotando en el embalse de Sabón. No así la de la mujer del policía, que murió a manos de su esposo en el 97. Él nunca reconoció los hechos, pero sus hijos sí recordaban lo sucedido la noche en que, supuestamente, había bebido 25 cubatas fuera de casa. Veinte cuchilladas en el bar Cruceiro do Sul, en la ronda de Outeiro, recibió Dolores López en septiembre del 97, y en febrero del año siguiente un joven estudiante acabó con la vida de su vecina, una viuda de 73 años, siguiendo la película Abierto hasta el amanecer . Dan Sampana salió libre de la muerte, en junio del 98, de su compatriota ghanés en un piso de la calle Fanny Garrido. Nada más ser absuelto, mató a un matrimonio en Ferrol. Un piso de la calle Calvo Sotelo fue escenario en marzo del 2000 de la muerte de un hombre a manos de su hermano, y en junio apareció muerto en un dúplex del Orzán el constructor Rodríguez Lodeiro. Fue detenida su amante, María del Pilar Gómez La asturiana , con la que había estado la noche del crimen, que denunció malos tratos del constructor. José Enrique Amado, El Pingüino , murió de un navajazo en un pub de la ronda de Outeiro en febrero del 2001. Los padres de Cristina Rodríguez, que apareció estrangulada en la empresa de gas de la calle Honduras en la que trabajaba, siguen peleando porque se reabra el caso, ocurrido el 10 de febrero del 2003. Siete meses después se produjo el crimen de la catana contra Luis Manuel Pallares en la Sagrada Familia. Días después, una de las prostitutas acusadas la brasileña Susana de Rocío, confesó el asesinato. Entre los crímenes más recientes destacan el de Oleiros, en 2007, en el que José Aradas, de 74 años, mató a golpes a su esposa Estrella López, de 78, y la enterró en su finca. El mismo año fue el de la asesina del Agra, Iria María Ibon, que degolló a Rosa Arana, de 69 años, en el portal de su casa de la calle Páramo cuando volvía de la compra. Y también el del crimen de Betanzos, el descuartizamiento de la pareja de jóvenes sadenses. Culpable acaba de ser declarado Alfonso Moedo de la muerte de Fortunato Fernández en la ronda de Nelle en junio del 2008 y en abril pasado aparecieron en Fonteculler los cadáveres descuartizados de dos vecinos de Muros, siendo detenido más tarde el supuesto asesino, José R. Blanco Vila. El último fue este 29 de mayo en el Agra: Miguel Ángel Vidal Noar murió por los golpes asestados con una pesa por su mujer, María Teresa Sola.