Contra las «cuotas de las cervezas»

A CORUÑA

Representantes de distintos partidos defienden la igualdad y critican los ascensos masculinos decididos por amiguismo

14 may 2009 . Actualizado a las 13:19 h.

La búsqueda de una mayor visibilidad social, el rechazo a un supuesto techo de cristal, la apuesta por la conciliación y la defensa a ultranza de políticas en pro de la igualdad son algunos de los temas en los que han coincidido las participantes en una mesa redonda promovida ayer en Socioloxía por la Asociación Luso-Galega de Antropoloxía Aplicada (ALGA).

Pilar Souto (PSOE, diputada provincial y alcaldesa de Arteixo), María Faraldo (PP, regidora de Betanzos), Carmen Basadre (PSOE, concejala de Muller en Lugo), Margarida Vázquez (BNG, edila de Igualdade en A Coruña), María Xosé Varela (Alternativa dos Veciños, concejala de Réxime Interior en Oleiros) y Pilar Farjas (PP, conselleira de Sanidade) fueron las encargadas ayer de aportar su experiencias. Con el trasfondo de una lucha común, sus discursos difirieron en el fondo y en la forma.

Por orden de intervención, Souto, a quien le tocó, vía delegación, hacer un repaso por las políticas de la Diputación en este tema, apuntó que distintos estudios han corroborado la existencia de una desigualdad real y más allá de las políticas institucionales reconoció que la apuesta es lograr una educación igualitaria en el ámbito familiar.

Faraldo hizo un rápido recorrido por su trayectoria política, atribuyendo a la casualidad el llegar a ser cabeza de cartel, ya que aseguró que aún se tiene la visión de que «la mujer como cabeza de cartel no vende, y menos en los municipios pequeños». «Los hombres se ponen traje y la corbata y la inteligencia se les presume como la valentía en la mili y las mujeres se la tienen que ganar día a día», afirmó. Rechazó las políticas de cuotas, por entender que «es de coste cero y necesitamos políticas de coste», en servicios que faciliten la conciliación familiar.

Basadre estimó que «non existe verdadeira democracia se non hai igualdade» y defendió, frente a lo dicho por Faraldo, el sistema de cuotas. «Eu creo nas cuotas, porque son unha muller cuota. Os homes teñen cuota, a da decisión das cervexas onde se decide a quen se coloca». Cuestionó los ascensos masculinos e indicó: «Cando se elixe a dedo, os homes van primeiro, pero cando se compite son as mulleres as que ganan».

Vázquez dijo que es necesario continuar avanzando a un ritmo rápido en la igualdad, apostó por medidas de trazabilidad a todos los niveles y consideró que «a integración laboral sen falar de conciliación é, máis que un sono, un pesadelo». Asimismo, alertó contra el resurgir de antiguos roles y modelos sexistas entre la juventud amplificados por los medios de comunicación.

Farjas, que atribuyó un origen cristiano a las políticas de igualdad en Europa y América, reivindicó que no se pierdan conquistas sociales en aras de un multiculturalismo mal entendido y consideró primordial, además de la independencia económica, que se promueva «la aceptación del rol social femenino». Vinculó la singularidad femenina a la maternidad y dijo que «socialmente hay que romper el aspecto de la maternidad y darle la promoción que requiere» en una sociedad cada vez más envejecida.