El hospicio y la inclusa pasan página

A CORUÑA

Las nuevas instalaciones del hogar infantil Emilio Romay rompen el hacinamiento clásico y recrean un ambiente familiar para casi cuarenta niños de cero a seis años

28 ene 2009 . Actualizado a las 11:55 h.

Charles Dickens nunca podría escribir Oliver Twist en el hogar infantil Emilio Romay. Primero porque la edad de los niños atendidos en este centro, dependiente de la Diputación provincial coruñesa, es de cero a seis años; segundo porque las nuevas instalaciones permiten un acogimiento familiar en el que no tiene cabida el hacinamiento. «Esto no tiene nada que ver con aquello del hospicio o la inclusa», resumía el presidente de la Diputación, Salvador Fernández Moreda, durante la visita a las cuatro nuevas unidades de este hogar infantil.

Otra notable diferencia sobre el clásico de Dickens es el trato a los acogidos: «Hay que mantener la intimidad de los niños», insistía una y obra vez María Jesús Aradas, trabajadora social del centro, ante la presencia en las nuevas dependencias de cámaras de televisión y fotógrafos. Ni que salieran de espaldas convencía del todo a la trabajadora que insistía: «No pueden se reconocidos de ninguna manera».

Sorprendidos por la comitiva que invadía sus cuidados espacios, los pequeños miraban con curiosidad a los visitantes; transcurridos unos minutos, algunos hasta enviaban besos de despedida, quizá agradecidos de que se marchara toda aquella tropa para poder seguir jugando con las personas que les atienden directamente. Un dato que refleja el grado de atención a estos pequeños, con un entorno familiar difícil y enviados al centro por diferentes juzgados o por el departamento de Vicepresidencia de la Xunta, es que para atender a los 10 bebés acogidos actualmente hay un total de 19 personas. «Ellas por la noche no duermen, están pendientes de los bebés por si despiertan y para darles las tomas», explicaba la directora, Carmen Díaz Sanesteban, a la diputada provincial Pilar Farjas, sobre el personal que atiende a los críos.

Mientras una de las trabajadoras del centro planchaba la ropa de los pequeños, el responsable del área de bienestar de la Diputación, Xoán Manuel Sande Muñiz, explicaba que en esta escuela infantil trabajan «nos empregos directos máis de 60 personas».

En la jornada de ayer tenían previsto recibir a otros cuatro niños más y la petición de acoger también a otro bebé «no podemos atenderla porque no tenemos sitio», indicaba María Jesús Aradas; también decía que en Galicia «este es un centro de referencia, no hay ninguno igual; y en España del único que sabemos que es algo parecido al nuestro es uno que hay en Barcelona».