El entierro más multitudinario

Rubén Ventureira

A CORUÑA

07 feb 2008 . Actualizado a las 13:57 h.

A finales del XIX hubo unos años en los que la sardina se quedó sin enterrar, pues el Circo de Artesanos, que era el que organizaba entonces el sepelio, no tenía ni un patacón. El clamor popular obligó a recuperar el carnavalesco sepelio. Viene a cuento el apunte histórico para remarcar la raigambre de una tradición mortal que en el 2008 ha demostrado estar más viva que nunca. «No recuerdo tanta gente en un entierro de la sardina», asegura Fernando, hombre-orquesta de la concejalía de Fiestas, mientras dirige la comitiva en la rotonda de Adormideras. Está abarrotado el entorno de la playa de San Amaro, también las laderas que rodean el arenal, e incluso el tramo del paseo marítimo situado frente a la residencia Torrente Ballester. Hace no demasiados años iban cuatro gatos al entierro de la sardina, pero el broche al Antroido coruñés ha recuperado su empuje, quizá por el traslado de la tumba de Riazor a San Amaro.

El espectáculo apenas ha variado, así que no puede ser esa la razón del creciente éxito. Desfilan, como siempre, las plañideras choqueiras, tan desoladas que los niños se asustan, y preguntan a sus papás qué les pasa a esas señoras. Hay curas, obispos, arzobispos, guardias civiles y comparsas. Este año faltan las bailarinas brasileñas, pero solo los muy observadores añoran sus golpes de cadera.

El paso es lento, en teoría por las cosas del directo. La TVG pide que la comitiva reduzca la marcha, que hay que esperar veinte minutos para clavar una conexión en el informativo nocturno. La petición televisiva es bien acogida por los participantes, pero los automovilistas pierden la paciencia. Están atascados desde Orillamar a la torre de Hércules, y también en la rotonda de Adormideras. Pitan y pitan, y deslucen el espectáculo. Hay quien se pone la careta de House el 1 de enero y no se la apea hasta el 31 de diciembre. Y así no se puede ir por la vida en Carnaval, y quizá tampoco cuando no lo es.

Con un cuarto de hora de retraso arde Momo y la sardina recibe su entierro marino. La presunta conexión en directo de la TVG no se produce, pero se emitirá un especial a medianoche. Antes, a las nueve y media, retumban los últimos fuegos artificiales. O peixe se adentra en las aguas. Hasta San Juan, sardina.