Entrevista | Omar Kessel El artista cubano, afincado en la ciudad, combina su dedicación a la pintura con las clases de grabado que imparte
15 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.Desde que hace ocho años comenzó su relación con el Centro Internacional de Estampa Contemporánea (CIEC) de Betanzos, Omar Kessel (La Habana, 1953), dedica buena parte de su tiempo a la docencia, a lo que «siempre me ha gustado», dice. Hasta el día 28, parte de su obra pictórica puede verse en la exposición Fabulaciones, en la galería Arabesque (María Pita, 25). -¿Qué son, en realidad, esas «Fabulaciones»? -Son todo lo que se mueve alrededor del ser humano, de sus vivencias y de sus sueños. Plasman las relaciones entre las personas, la manera de abrazarse, de tocarse... A los cubanos nos gusta el contacto físico en la comunicación con otras personas. -¿Echa de menos ese carácter de los cubanos? -Cuando llegué aquí, la forma en la que se relaciona la gente me resultaba extraña, pero llevo en España 14 años y ya me he acostumbrado. -Pero Cuba sigue presente en su obra. -La influencia de Cuba es muy marcada, pero la pintura cubana es muy europea. Estudiamos más a los pintores europeos que a los americanos. -¿Su faceta de grabador también se refleja en sus pinturas? -El grabado tiene más cocinado, como decimos los profesionales, depende mucho de la técnica. Sin embargo, influye en la gestualidad de la pintura. Por otra parte, el grabado te lleva a sintetizar el mensaje, pero en la pintura te recreas más. -Algunas de las creaciones que expone tienen parte de grabado, ¿no? -Hay dos óleos sobre madera al estilo de los antiguos iconos clásicos. Podrían ser matrices de xilografía, porque el soporte está tallado. Incluso podrían estamparse. -¿Y qué técnica le interesa más? -Tengo mucho dibujo y obra gráfica, por el contenido de las clases que imparto, pero también quiero seguir dedicándome a la pintura. -¿Qué importancia tiene la docencia para usted? -Ayuda a resolver cosas. Es una retroalimentación profesor-alumno constante. En el CIEC vamos ya por el cuarto máster sobre la obra gráfica, y la variedad de profesores que pasan por los módulos enriquecen la obra de los alumnos, pero también la propia. Todos aportan algo a los demás.