Milhomes abandona la lucha

Rubén Ventureira A CORUÑA

A CORUÑA

Crónica | El final del colectivo gay coruñés El grupo se disuelve por discrepancias internas. Una manifestación en Méndez Núñez y la supresión del «Día de la pareja: él+ella» de unos multicines, algunos de sus logros

19 jul 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

?abían apuñalado a un gay en Méndez Núñez. El suceso llegó precedido de repetidas agresiones a homosexuales en los jardines. Milhomes canalizó la indignación. Convocó una manifestación. Durante el recorrido, se escucharon comentarios homófobos como «nin mil, nin homes». Eran 500, récord en una convocatoria de este tipo en la ciudad, y allí había hombres y mujeres. Ocurrió a finales de los 90 y fue el momento álgido de una asociación creada en diciembre de 1993, pero que no se dio de alta en el registro de la Xunta hasta febrero de 1998. «Nadie quería figurar como directivo», recuerda el presidente fundador, José Alonso. El grupo ya había dado que hablar años antes de la manifestación, cuando los desaparecidos cines Tom y Jerry crearon el Día de la pareja: él+ella . Milhomes anunció que sabotearía una de esas jornadas si no se ampliaba a parejas gais. El dueño del negocio las suprimió. Sin calles Milhomes se deshace sin conseguir una calle para su causa. A punto estuvo de lograrlo en abril del 2003. El gobierno local anunció que iba a poner a una vía el nombre de Onorato Benedito Truque. El colectivo la había solicitado para desagraviar a este «mártir gay». Un historiador frustró el proceso: aseguró que Onorato había sido condenado por pederastia en 1697 por abusar de dos niños cantores, y el Ayuntamiento dio marcha atrás. El grupo no se rindió y más tarde solicitó (petición todavía en curso) una vía para Marcela y Elisa, las mujeres que en 1901 se casaron en San Jorge (Elisa se presentó como varón). Acción institucional al margen, durante sus casi doce años de actividad Milhomes ha realizado una gran labor de apoyo a homosexuales, a jóvenes que llegaban a la asociación desesperados, pensando en el suicidio. La asociación, que inauguró su primer local el pasado octubre en Varela Silvari, se disuelve por discrepancias internas. Así se decidió en la noche del lunes, unas horas antes de que el pleno del Ayuntamiento le concediese una subvención de 3.000 euros, ayuda que nadie cobrará. El colectivo, que llegó a tener 50 socios, contaba ahora con 12. «A alguno le he cobrado en persona, para que no le llegase a casa un recibo bancario de un grupo gay. Aún hay mucho miedo porque todavía hay mucha homofobia», afirma Alonso. Para combatirla, no descarta fundar otra asociación. De entrada, quiere seguir convocando el premio Marcela y Elisa, que distingue a los afines a la causa gay.