Francisco Vázquez aconseja «poner una cremallera» a los que criticaron su plan en Eirís

Adriana Blanco A CORUÑA

A CORUÑA

EDUARDO

26 may 2005 . Actualizado a las 07:00 h.

Pidió disculpas por si se su discurso se extendía demasiado, aunque para él era «necesario». Ayer, Francisco Vázquez, inauguró una de las obras que más «ilusión» le hacía. Sobre todo «porque fue muy difícil de realizar». Ahora que ya está una parte construida y muchas controversias solventadas, el alcalde no perdió la ocasión para asegurar ante multitud de vecinos de Eirís que «habrá quien tenga que poner cremallera en boca por lo dicho sobre la construcción de este parque». Vázquez recordó las voces que afirmaban que por allí no se iba a poder circular, los abucheos que sufrió el presidente de la Diputación, las idas y vueltas para realojar a las 25 familias que, desde siempre, habitaban en chabolas en aquella zona. Y ahora que todo el frente está despejado, el primer edil aclaró que «no hay mejor discurso que los hechos» y que, precisamente esos hechos, «actualmente están a la vista de todos». Poco antes de inaugurar el nuevo Bulevar Oleoducto, Vázquez pidió paciencia para aquello que todavía está por hacer en el parque de Eirís -«hacer un parque no es como construir una casa, es la naturaleza quien lo va haciendo»-. También afirmó que siempre cumple su palabra y que «no hay que hacer caso a esa palabrería que pretende perturbar la tranquilidad de la ciudadanía». Las mejores vistas Según el edil, ese es un consejo que «siempre digo a mi equipo de gobierno» porque «frente al chismorreo, siempre está lo que uno puede hacer». El Bulevar Oleoducto ya está inaugurado y, con él, «las mejores vistas de A Coruña». El alcalde también aprovechó la ocasión para despejar aquellos «rumores» que se oyen en torno a la política de gobierno del Ayuntamiento. Aclaró que actualmente se están construyendo 20.643 viviendas de protección oficial y que se han concedido 246 licencias de rehabilitación en la zona de la Ciudad Vieja. Vázquez opina que hay que tener «paciencia para dejar que sobre las mentiras se imponga la realidad» y no hacer caso a «quienes buscan trasladar la crispación de otras ciudades a A Coruña».