HERCULÍNEAS | O |
31 ene 2005 . Actualizado a las 06:00 h.ERA una buena historia, a pesar de que en la mañana de ayer alguien la puso a enfriar. La contaba una treintañera: hace unas semanas esperaba a su madre para llevarla a Alvedro; el padre volvía de un viaje de trabajo a Barcelona, donde había estado más de una semana, e iban a recogerlo. Pasado un tiempo, la mujer salió arregladísima. La hija mostró su sorpresa y preguntó el motivo de tanta elegancia en un día cualquiera. -Hija, hace diez días que no veo a tu padre; quiero ir guapa. Más perplejidad filial, porque, como diría la canción, «no se estila, dicen que no se estila...». Pues con esa tierna historia andaba cuando un distribuidor de material para joyerías va y cuenta que este año los joyeros coruñeses lo tienen crudo: el único día del año seguro para vender joyas es el 14 de febrero, salvo cuando el carnaval se celebra antes que el día de los enamorados, como este año. Tres joyeros confirman lo que se avecina. Pero, ¿cómo es posible que el gordecho Don Carnaval tenga más tirón que el angelical Cupido? ¿Qué clase de enamorados son esos? No sé si joyas, pero seguro que entre los padres de la treintañera habrá regalos el día 14; menos probable es que se disfracen en carnaval. manuel.rodriguez@lavoz.es