Aquellos teatros desaparecidos

Carlos Fernández A CORUÑA

A CORUÑA

Historias de A Coruña | Arquitectura para el ocio El Pabellón Lino, el Pardo Bazán y el Linares Rivas coexistieron en el centro de la ciudad en los primeros años del siglo XX, con notable actividad

16 oct 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

En un corto espacio se ubicaban en A Coruña de las primeras décadas del siglo XX tres teatros que mantenían una notable actividad: el Pabellón Lino, el Pardo Bazán y el Linares Rivas. El Pabellón Lino fue inaugurado en terrenos del relleno portuario a finales de junio de 1906. Debía su nombre al propietario Lino Pérez y pronto se convirtió en el preferido de los coruñeses, actuando en él numerosas compañías cómicas, líricas y dramáticas, así como cantantes como Raquel Meller. También se celebraron fiestas literarias, en las que intervinieron personajes como Ramón Cabanillas, Linares Rivas, el médico Rodríguez, la Pardo Bazán... En 1914, el Pabellón fue ampliado, siguiendo las líneas de la arquitectura modernista. Por aquel tiempo era su empresario el famoso Isaac Fraga. El final de este edificio sería trágico, pues fue víctima de un pavoroso incendio en la noche del 3 de noviembre de 1919 que lo dejó reducido a escombros. Afortunadamente, no hubo daños personales. El Teatro-Circo Emilia Pardo Bazán sustituyó al Circo Coruñés (allí se hizo, el 2-9-1896, la primera proyección cinematográfica en la ciudad), que había funcionado de 1888 a 1901. Estaba ubicado, también, en terrenos de Obras del Puerto, frente al denominado callejón de la Estacada, en la Marina. Al principio iba a llamarse Concepción Arenal, pero al pedir permiso al hijo de la desaparecida penalista ferrolana, don Fernando, éste lo negó, pues el edificio le parecía de poca categoría. Escenario El proyecto del teatro-circo había sido obra del arquitecto vasco Anduiza y de su desarrollo se encargó Pedro Mariño, que varió la orientación del edificio para aumentar la profundidad del escenario, abriendo la fachada principal a la calle Ambrosio Feijoo. El Pardo Bazán abrió sus puertas el 11 de abril de 1903 con la representación de la obra Tempestad , manteniéndose en actividad hasta 1915, en que fue demolido. En él se celebraron numerosas funciones, tanto de cine mudo como representaciones teatrales y de cantantes del más diverso tipo, como la tonadillera La Goya . Una de las actuaciones más sonadas fue la del profesor Rakú, mago del jiu-jitsu , que desafiaba a los espectadores a que le tumbasen, ofreciéndoles un sustancioso premio. Tenía capacidad para 1.800 personas. El Teatro Linares Rivas (también conocido como Teatro Cantón) fue construido en pleno Cantón Grande. El proyecto fue de Leoncio Bescansa (la dirección técnica la llevó Pedro Mariño), con fachada de piedra y estructura de hormigón armado. Se inauguró el 3 de abril de 1920 con un lleno completo en sus 600 butacas, 23 palcos y dos proscenios en el piso alto. Al fondo del piso alto estaba el paraíso o gallinero, las localidades más baratas, con cabida para 400 personas.