La habitación

A CORUÑA

HERCULÍNEAS | O |

19 jun 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

QUEDA la habitación. Puede que trece metros cuadrados. En el atril, sobre la mesa cerezo, por ejemplo, descansa Austerlitz, de Sebald: «...siempre que podíamos, hacíamos juntos excursiones a las abandonadas y desmoronadas...». Quizás unos gastados Moby Dick y Capitanes Intrépidos. La cama, puede que hecha de urgencia, con un trozo de sábana asomando bajo la colcha; sobre ella, unos vaqueros con los bajos gastados. La almohada, quizás aún nítido el peso de una cabeza. En la mesilla, un reloj de pulsera, con el segundero persiguiendo al minutero, tic, tac, tic, tac. Una guitarra eléctrica duerme, es posible, dentro de su funda, y una púa Fender. En la pared de la derecha, la réplica de un cuadro de ¿Andy Warhol? A la izquierda, quizás el título de bachiller. ¿Una diana electrónica?, ¿una pelota de béisbol?, ¿entradas para el Coliseo?, ¿un disco pirata atrapado en un lector de cedés? A través de la ventana abierta entran, posiblemente, las risas de los niños, abajo, en el parque. Una corriente de aire convierte la puerta en un portazo. El eco de las palabras. Por ejemplo... un beso, vuelvo en media hora... (Hace unos días, Rubén, Martín, José Antonio, hicieron su último viaje en moto. Tenían toda la vida por delante). laureano.lopez@lavoz.es