Capitanía con solera

Carlos Fernández A CORUÑA

A CORUÑA

EDUARDO

La Diputación edita un libro sobre la sede de la Región Militar Gallega

24 may 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

Una institución como la Capitanía General de Galicia, que rebasa los cinco siglos de existencia, merece todos los estudios posibles. Tal ha ocurrido ahora con el interesante libro La Capitanía General en la historia de Galicia, publicado por la Diputación de A Coruña y del que son autores Leoncio Verdera, José R. Soraluce Blond, Ana Carril y Covadonga López de Prado. La creación de esta Capitanía por los Reyes Católicos -señala el profesor González López- fue hecha pensando más en el sometimiento de Galicia (en la que eran rebeldes a su poder los grandes señores de la tierra) que en una necesidad militar. El primer capitán general, que era al mismo tiempo gobernador y presidente de la Audiencia de Galicia, fue Fernando de Acuña, nombrado por Real Cédula dada en Toledo a 3 de agosto de 1480. Acuña llegaría a Santiago, en donde fijó su sede, acompañado del licenciado López de Chinchilla y de una fuerza de 300 hombres mandada por Luis de Mudave. Fonseca Sus dos primeros conflictos los tuvo con el conde de Fonseca, arzobispo de Santiago, y con el conde de Lemos. La mayor resistencia la encontró con el segundo, que puso sitio a la ciudad de Lugo, de la que su hermano era obispo. Otro paso importante para Acuña sería el sometimiento del mariscal Pardo de Cela, tío del conde de Lemos. Tras ser hecho prisionero, fue decapitado en la plaza pública de Mondoñedo. Entre los primeros capitanes generales, quizás el más llamativo fuese el infante de Granada, don Juan, supuesto hijo (o sobrino) de Boabdil, último rey moro de Granada. La sede se estableció en A Coruña en 1584 de forma definitiva, y el edificio actual, cuyas obras fueron dirigidas por el arquitecto José Vergel, se terminaron en 1760, siendo rey Carlos III. Espoz y Mina Ya en el siglo XIX destacarán los mandatos de Espoz y Mina, famoso guerrillero y futuro marido de Juana de Vega; Nazario de Eguía, que fue objeto de un espectacular atentado con una carta-bomba, y José Sánchez Bregua, un coruñés que desempeñó el cargo en cinco ocasiones. Especial mención merece lo sucedido en 1893, cuando, con motivo del traslado la sede militar a León, se produjo una revuelta, formándose una Junta de Defensa de la Capitanía presidida por el alcalde, José Soto, que acabó siendo encarcelada. La sede regresó a la ciudad años después.