«Cada novia es un mundo»

La Voz

A CORUÑA

Texto: CÉSAR CASAL GONZÁLEZ. Foto: XURXO LOBATO. FEMENINO Y SINGULAR Begoña Peñamaría, diseñadora de moda

23 mar 2002 . Actualizado a las 06:00 h.

Bordados, vainicas, corte clásico, al bies, capa, organzas, rasos, sedas salvajes con color, tules... La fábrica y tienda de la diseñadora Begoña Peñamaría es el paraíso de las novias. Son ya siete años diseñando para ellas. Tiempo suficiente para romper varios tópicos: «El blanco ya no se lleva. Prefieren el marfil, el blanco roto o el champán». «La mayoría no quiere ir de princesa», sentencia. Vogue y Telva han recomendado su trabajo. Esta chica aprendió en París y Nueva York. Nieta del alcalde Peñamaría, el que dejó para la historia la frase «la ciudad en la que nadie es forastero», cree que A Coruña ha cambiado para mejor. Ponen la calle Real después del intermedio de la comida. El foco del sol pega fuerte. Ya está de vuelta el acordeonista, el del puesto de lotería... Las tiendas abren las bocas de sus verjas. Llega Begoña Peñamaría, diseñadora de moda. Lo suyo son los trajes de novia, los de ceremonia (madrinas y la madre de la novia) y trajes de arras. -Estudié cuatro años de diseño de moda y me especialicé en trajes de novia y fiesta. Al acabar viajé a París y Nueva York para coger formación y conocer talleres que se dedicaban a eso. -Luego su propio negocio. -Sí. El 25 de noviembre del 95 abrimos las puertas de este negocio en un piso en esta misma calle, General Mola (corta a la Calle Real a la altura de Romeu). Dos años más tarde cogimos un edificio entero, en el número dos. Aquí hacemos desde parte de la fabricación hasta la venta (son cinco plantas de un edificio antiguo, restauradas con un encanto especial. Piedra al aire y maderas). Llevamos siete años y la verdad es que, con mucho esfuerzo, cada vez nos va mejor. -¿Mucha competencia? -(Gesto de aprobación). Es un campo complicado, hay mucha competencia. Pero creo que soy la única diseñadora joven y que fabrica en la ciudad. -¿Cuál es su apuesta? -Vestir a la novia con aires más juveniles, más moderna. -¿Pero la gente se casa? -Siií (ríe), la gente se casa cada vez más. No sé si luego se separan. Creo que se avecinan buenos tiempos. El negocio, como todos, se hace día a día. Desde que abrí no he faltado un solo día. Me gusta ocuparme personalmente de las cosas. -¿Venden en toda España? -Después de siete años, presentamos la primera colección para vender fuera en la pasarela Gaudí del Salón Novia España en el 2001. Tuvimos bastante éxito, y ahora otras tiendas trabajan nuestros diseños en distintos puntos de España. -¿Hubo más reconocimientos? -Sí, Vogue se fijó en nuestro trabajo y seleccionó tres diseños de novia. Publicaron uno de ellos. (Lo muestra, es muy atrevido). Creo que lo eligieron por novedoso, pero a mí me gusta combinar la modernidad con lo clásico. También llevamos dos años con nuestros diseños en Telva, y con menciones especiales para los trajes de arras. -¿Cómo se viste a una novia? -Cada novia es un mundo. Ahora las novias buscan líneas muy depuradas, muy sencillas, con telas sobrias, pero ricas y con diseños con patrones de la vida cotidiana. Las princesas pasaron a la historia. -¿Qué tejidos eligen? -Organzas de seda o rasos de seda, lino, rústico, todo muy natural. -¿Todavía de blanco? -Nooo (muy convencida). El blanco no se lleva. Alguno tenemos que hacer en blanco, pero es uno entre muchos. Quieren marfil, blanco roto o champán. Eso sí, con detalles en verde seco, malva o granate. -¿Novias atrevidas, con escote o no? -No quieren grandes escotes. Tampoco de monja subida, pero el escote más en la espalda. Algunas con corpiño sí que buscan realzar el escote. -De la Infanta Elena a Eugenia, ¿con qué novia se queda de los últimos tiempos? -A Eugenia se le sacó un gran partido. Era un traje muy elegante, sobrio. Estaba bien. -No es una histeria venderle a una novia. -Es una venta complicada. Gastan mucho dinero y buscan comparar. Quieren presupuestos. Es como un coche. Cuando vendo un vestido me pongo pletórica (confiesa). Hay algunas que se deciden muy rápido, pero otras veces es una amiga de la prima de la novia la que tira todo por tierra.