El coleccionista de fama

R.D.SEOANE A CORUÑA

A CORUÑA

Un joven coruñés atesora más de un centenar de autógrafos de artistas, deportistas y personajes políticos Su padre, como tantos, soñaba con verlo sobre el césped de Riazor. Pero David nació bajo el sino de la televisión. Aspira a la fama de otra carrera y prefiere el celuloide al esférico y el plató al campo de fútbol. Así que un tropezón con los Tricicle en Barcelona lo convenció y comenzó a ensayar su futuro de flashes acercándose a quienes llenan páginas y planos en pequeñas y grandes pantallas. Tiene quince años, es estudiante de cuarto de ESO en Maristas y, de afición, cazautógrafos.

25 ene 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

Otros coleccionan cromos, la mayoría no se pierden un partido y las videoconsolas son su vicio. David no va a los entrenamientos del Dépor pero frecuenta candilejas de teatros, «en los hoteles ya me conocen» y gasta paciencia y suelas tras coches de lujo. David colecciona firmas. La tele inspira su vocación y arrancó el primer autógrafo en un revelador viaje a Barcelona. Tenía entonces 11 años y «por la calle andaba gente famosa». Se tropezó con un Tricicle que le estampó la primera de sus 135 preciadas piezas, rúbricas escrupulosamente ordenadas, catalogadas, fechadas y, en la mayoría de los casos, ilustradas con una foto del personaje en cuestión. En su álbum figuran desde Pelé hasta el propio Rey Juan Carlos, con quien coincidió la pasada Navidad en Baqueira. La casualidad le echa a veces cabos, pero su colección es, en gran medida, fruto de la perseverancia. Pocos de sus amigos saben de su peculiar pasión, «y los que lo saben -reconoce- dicen que estoy loco». Sus padres transigen por la ilusión, aunque «los estudios son lo primero». «Guarda todos los TV», cuenta su madre, y se informa de las visitas de sus ídolos revisando la agenda de prensa. Aunque cuenta con una gran ayuda, «mis abuelos viven en Madrid». Allí obtiene buena parte de sus botines. «Los que más me gustan son los artistas», pero tampoco discrimina y el miércoles se ganó su primera aparición en prensa asaltando a la presidenta del Senado, Esperanza Aguirre. «Fue la única que se sorprendió porque le pidiese un autógrafo -cuenta- hasta me preguntó si sabía quién era».