EMILIANO MOUZO COSAS QUE PASAN
07 oct 2000 . Actualizado a las 07:00 h.«El amor carnal, real y la sensación casi platónica que inunda de ilusión y esperanza el futuro» es una de las frases que utiliza el coreógrafo y bailarín ferrolano Jesús Quiroga para definir y explicar su obra Preludio y fuga, estrenada ayer en el teatro Rosalía de Castro. Y vaya si enamoró e ilusionó a los espectadores que se dieron cita en el escenario coruñés. Los asistentes alabaron el carácter intimista de la representación. Destacaron al mismo tiempo el sentido de espiritualidad que Jesús Quiroga y sus compañeras de reparto _Ana Ferreiro, Irene Vázquez y Eva Faraldo_ impusieron en cada uno de sus movimientos, en la utilización de un idioma corporal explícito. Los corrillos de espectadores se sucedieron al final del espectáculo. Destacaban sobre todo cómo Jesús Quiroga «se dejó el alma» en las tablas y cómo convirtió el escenario «en vida en torno a la muerte» usando, al final del acto y como metáfora lírica, un sudario blanco. La obra Preludio y fuga reúne el esfuerzo del actor y coreógrafo ferrolano. Jesús Quiroga estuvo casi un año trabajando sobre el libro de Manuel Pérez de Arévalo Poemas para leer en torno a mi muerte. Preludio y fuga. Su labor sirvió para convertir la obra, según el artista ferrolano, «en un montaje sobre dos colores, el blanco y el negro, muy moderno y alegre, plagado de movimientos y sentimientos muy especiales».